EN DAYTONA.

Mirá.

Ryan Preece se despista al salir de uno de los curvones del legendario circuito estadounidense durante un nuevo capítulo de la Serie NASCAR. Su Ford Mustang n°41 descontrolado a gran velocidad toma vuelo y llega dar 12 vueltas en el aire!. El tremendo accidente, de los más graves en NASCAR en los últimos años, se inició cuando el auto de Preece fue tocado por su propio compañero de equipo, Chase Briscoe, a quien antes lo tocó Erik Jones.

El piloto luego de las alucinantes volteretas en el aire, pudo salir del auto por sus propios medios y luego fue trasladado al hospital para evaluaciones médicas de rigor. «El piloto de la NASCAR Cup Series Ryan Preece permanecerá durante la noche en el Halifax Mental Center para continuar en observación. El piloto del Ford Mustang nº 41 de Stewart-Haas Racing está despierto, alerta y móvil y se ha estado comunicando con su familia y amigos. Preece se someterá a una nueva evaluación por parte del personal médico esta misma mañana. Se proporcionará una actualización por la tarde», comunicó (sábado 26/8) el equipo Stewart-Haas a través de sus redes sociales

Se habló de «milagro», de «afortunado»,  sin embargo la principal explicación acerca de que no haya habido consecuencias graves para Preece, han tenido que ver con las medidas de seguridad que cuentan los autos de NASCAR, como la estructura tubular que asimila y resiste impactos al tiempo de la protección ofrecida, el piso plano para evitar las turbulencias provocadas por el viento a las velocidades extremas alcanzadas, la butaca e implementos del piloto, entre otras. «La velocidad es lo de menos, lo importante es que el coche no choque con algún objeto fijo y haya una violenta desaceleración», se sostuvo al analizar semejante piñón..

nota en desarrollo

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