FESTEJO ESPECIAL
Estuvo distendido y verborrágico Matías Rossi en la charla conVisión y otros colegas en el atardecer del sábado, donde se repasaron temas en profundidad, cuando de pronto a unos cuarenta metros se abrió una de las puertas de la casa rodante que hospeda a Hugo Mazzacane durante los fines de semana de las carreras que, dicho sea de paso, pretende que la categoría la venda y no la reemplace.
“Mañana (por el domingo), es tu cumpleaños ¿no?«, le largó el presidente de la ACTC, siempre atento a esos detalles.
“Si, y sería lindo tener un regalito…”, contestó Matías, con una sonrisa, antes que Mazzacane volviese a su agitada agenda dentro de la casa rodante.
Hubo un regalo de Mazzacane por el cumpleaños número 33 que Rossi festejó con su 23ª victoria en el TC, la 3ª consecutiva en Olavarría y la primera sobre Ford en su 3ª carrera con la marca del óvalo. Obviamente no fue de Hugo ese regalo, sino de su hijo Gastón, como bien lo reconoció el ex Fórmula 1 en la conferencia de prensa. La bronca por la oportunidad perdida se reflejó en su apurada salida de la reunión.
“Te la regalé yo…”, lanzó Gastón, apenas Matías calificó este triunfo como “un regalo de Dìos” . Ese regalo de Gastón a Matías no vino en un paquete con moño, sino que tuvo la forma del espacio que le dejó abierto a Matías cuando a tres vueltas del final su Chevrolet se corrió un poco de la trayectoria final, y el Misil no lo desaprovechó. Hasta allí todo venía perfecto para el debut ganador de Gastón por encima de la molesta lluvia. A partir del desliz, se complicó y también sucumbió ante el ataque de Juan Manuel Silva. Así quedó concretado el doblete de Ford, inimaginable por sus pilotos en los días previos, por sus reiteradas quejas por falta de velocidad, ante un Mazzacane que parecía contundente pero que fue traicionado por su error y la declarada falta de tracción de su Chevrolet en sectores como la horquilla.
Por encima de la responsabilidad de Gastón, pareció más un regalo de Dios y de la buena fortuna, el triunfo de Rossi que el Misil disfrutó en el podio entre aplausos de los hinchas de la marca, y también algunos insultos de chevroletistas despechados por el cambio decidido casi a comienzos del año pasado para ejecutar este año. “Tuve suerte de entrar rápido al cambio de neumáticos, porque enseguida apareció el auto de seguridad…”, reconoció Rossi, sobre el pasaje clave y determinante. Para reflejarlo vale señalar que Mazzacane, Rossi y Silva, los tres primeros en entrar, fueron los que subieron al podio mientras que Sergio Alaux, Julián Santero y Juan José Ebarlin,(foto superior), líderes en la parte inicial, se vieron demorados en su ingreso a boxes por el auto de seguridad y terminaron lejos de la punta. Son las leyes de este tipo de carreras, donde el azar juega un papel más protagónico que en otras.
“Por ahora no me siento candidato…”, repitió Rossi de cara a su futuro en la temporada. Por las dudas ya trepó a la punta del campeonato. Un Matías Rossi auténtico; tiempista como ninguno. ¿O no nos acordamos de cuando negaba el pase a Ford que ya tenía acordado?
Por Miguel Sebastián (Especial desde Olavarría)
Fotos: AIF
No pudre un poco el tipo este haciéndose el humilde constantemente???. Disfrutá del regalito…
Gastón…seguí participando!!!…o esperando jajajajajajaaa