“PUEDEN PASAR  MUCHAS COSAS”

Esta fue la frase de cabecera con la que los pilotos resumían en la previa su gran incertidumbre frente al desconocido desafío de los  1.000 Km de Turismo Carretera.

Ortelli y Rossi fueron dos de los primeros liderez de la carrera. El Séptuple llegó 2º tras descotar dos vueltas mientras que el Misil se retrasó y terminó 19º.

 

Pasaron muchas cosas en estos 1.000 Km con los que el TC celebró su 80º aniversario. Cosas habituales en este tipo de carrera y otras que no son tan frecuentes.

Por ejemplo no es muy común que un piloto que pasó último en el giro inicial y mantuvo ese lugar durante muchas vueltas con un ritmo de marcha menor al resto, termine ganando la carrera. Esto ocurrió con Juan Manuel Silva, a quien un prematuro toque con Gastón Mazzacane en la primera vuelta mandó al fondo del lote y pareció quitarle toda chance de un buen resultado. Ahí apareció ese Pato, experimentado y graduado en el arte de saber “correr carreras” para silenciosamente escalar hasta el primer lugar con un táctica de apenas tres detenciones que llamó más de una atención, especialmente por el lado de las recargas de combustible yel consumo del rojo Ford.

Silva en lucha con Ronconi, el invitado de Werner, quien le dejo el auto en punta tras un excelente y prolongada tarea

 

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Además de una elaborada y precisa estrategia y el buen rendimiento de su rojo Ford, Silva contó con un eficaz compañero como lo fue el jóven Juan Tomás Catalán Magni, campeón vigente del TC Mouras y actual participante del TC Pista. Cumplió lo suyo el hijo del Pinguino, y logró en el día de su debut en el TC lo que no pudo su padre en muchas carreras. Además repitió la hazaña del Pato de vencer en su primera presentación en el TC y con 18 años convertirse en el ganador más joven de la historia de la categoría.

Tampoco suele ser frecuente en carreras de 1.000 Km, que alguien que pierde dos vueltas en el primer cuarto de carrera termine acariciando la victoria. Esto le pasó a Guillermo Ortelli que le entregó adelante su Chevrolet a Diego Martinez, el tercer integrante de la tripulación, convocado por el JP Carrera a cambio de un importante aporte económico que sirvió para aliviar los elevados gastos de esta carrera que en muchos casos alcanzaron el millón de pesos. Los latentes riesgos de elegir la billetera gorda por sobre el talento y la experiencia (el invitado, de 43 años,  sólo acreditaba 20 carreras en el TC Pista Mouras, la cuarta en la escala de la ACTC), se vivieron con un infantil trompo de Martinez,  que lo retrasó sensiblemente.

Trucco manejó 136 vueltas y más de 4 horas. Estaba para el podio cuando a seis vueltas del final, con su coequiper Elio Craparo al volante, su Dodge se quedó sin combustible..

 

Primero con Valentín Aguirre, el otro invitado, y luego con el propio Ortelli, el Chevrolet comenzó  avanzar hasta de pronto encontrarse en la misma vuelta de la punta. El noveno auto de seguridad, aparecido a poco de terminar la carrera , más los abandonos de Juan Ronconi (Ford  de Mariano Werner) y Elio Craparo  (Dodge de Juan Martín Trucco) le dieron a Ortelli la chance de colocarse cerca de Silva e intentar la hazaña del triunfo . El Pato pudo controlarlo. Muchos se preguntaron cómo hizo el Séptuple para descontar dos vueltas. Entre ellos seguramente estará Matías Rossi, que el sábado fue categórico:al sentenciar que “el que pierde dos vueltas ya está condenado a no poder ganar la carrera”. Ortelli estuvo muy cerca.

Catalán Magni y Silva festejan en el podio ante la presencia de los hijo del Patos. El chaqueño tiene una gran relación el numero 1.000, ya que ganó la carrera 1000 del TC y los 1.000 Km.

 

No es muy habitual tampoco que una carrera de 1.000 Km, y luego de correr más de seis horas, se defina por menos de un segundo. Esto sucedió en esta octava fecha del campeonato con la diferencia de 524/1000 que en el emotivo final separó al ganador Silva de su escolta Ortelli. Dos referentes de la categoría y encima, representantes  de las dos marcas históricamente rivales en el TC. Todo con el marco de tribunas llenas que reflejaron la excelente respuesta que la atípica propuesta tuvo en la gente . La imagen perfecta que seguramente esperaba la ACTC para ponerle la mejor rúbrica a esta particular cumpleaños. “Ni que la hubiesen armado” se escuchó decir entre la multitud como sutil comentario de lo vivido.

Y pasaron  nomás  los tan esperados 1.000 Km de TC. Sacaron un aprobado y dejaron atrás las incertidumbres y temores que los rodearon en la previa sobre la resistencia de pilotos y autos y la actitud del público ante una competencia tan larga. Quedará en el recuerdo una carrera atractiva con cosas que suelen pasar en carreras de 1.000 Km y esas otras que no pasan tanto. Bien del TC.

 

Por Miguel Sebastián

Fotos: AIF

 

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3 COMENTARIOS

  1. Gran espectáculo. Ayer estuve en el galvez y la gente, pese a algunos descreimientos, no se aburrieron y vivieron la carrera sin bajar de las tribunas salvo para ir al baño.

  2. El Ford del «Pato» Silva paró solamente 3 veces a cargar combustible. El resto debió cargar en 5 oportunidades. Que Falcon tan económico!!! Corría a gas??? VA debería investigar

  3. Con todos sus defectos. Es sin dudas la categoría número 1 de la Argentina. No pude ir pero fue un gran espectáculo y gran demostración técnica y mecánica además de la clase de manejo que dió el Pato Silva , Werner , Trucco y Ortelli.

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