INVESTIGACIÓN EN CURSO.
Vinculado al crimen de Carlos Garrido, el fiscal a cargo de la causa, Alejandro Pellegrinelli, imputó como supuesto autor del homicidio al casero de la casa en la zona rural donde vivía el ex piloto de Turismo Carretera.
El fiscal enfrentó como testigo al casero de «La Colmenita», identificado como Osvaldo Acevedo de 35 años. En su versión el fiscal encontró situaciones que lo llevaron a dudar sobre la veracidad de los dichos, por eso frente a respuestas poco convincentes, consideró que había elementos como para ubicarlo en rol de acusado.
En su relato, el casero afirmó que le golpearon su puerta y que lo enfrentó un hombre encapuchado que le pedía el dinero. En un forcejeo con ese individuo, Acevedo recibió golpes que lo dejaron desvanecido. El casero, que según el fiscal presentaba golpes en el rostro y tenía una herida cortante en una mano, sostuvo que encontró a Garrido tirado en el parque, frente a la casa principal. La imputación por homicidio que definió Pellegrinelli no ha implicado la privación de libertad. Para que se llegue a esa situación, eran aguardados resultados periciales con cotejos sanguíneos y otras muestras que podrían comprometer a quien apareció como el principal sospechoso quien previamente a que se desencadenara el hecho, habría tenido un encuentro en el centro de Mar del Plata con la ex-mujer de Garrido.
En cuanto al móvil del crimen, desde la fiscalía descartan la hipótesis de un intento de robo, ya que Garrido contaba con dinero en su pantalón y elementos de valor en su casa. Ante lo transcurrido después del hecho, había crecido la teoría de una diferencia personal o deuda, coincidente con una relación de tensión que habrían mantenido el ex piloto y su casero, en la cual no habría estado ajena la ex-mujer de Garrido entre las causas de las diferencias entre ambos.
nota en desarrollo
———————————–
nota anterior
EL TRISTE Y MISTERIOSO FINAL DE CARLOS GARRIDO
Entristecen las muertes, y algunas conmueven más que otras en función del personaje en cuestión y de las circunstancias que lo rodean en el triste momento. Ha sido el caso de Carlos Garrido, a quien veíamos habitualmente los fines de semana de carreras de la ACTC en sus funciones de comisario deportivo. De repente el marplatense, se ha convertido en lamentable noticia por su asesinato rodeado de misteriosas circunstancias.
No son muchas las precisiones que existían horas después del episodio ocurrido en su casa ubicada en la zona del Bosquero, en el Km 21,500 de la ruta 88, en las cercanías de Mar del Plata. Según lo informado por los investigadores, en horas de la noche el casero de esa propiedad llamó al 911 para denunciar que había sido atacado por intrusos, y que en ese contexto había perdido el conocimiento. El relato continuó señalando que al recuperarse pudo ver, ya sin vida, el cuerpo de Garrido a cuatro o cinco metros de la puerta de acceso a la vivienda. Eso motivó la llegada de la policía al lugar del lamentable hecho. Allí médicos forenses de la Policía Científica certificaron el fallecimiento de Garrido, tras constatar que su el cuerpo presentaba dos severos traumatismos de cráneo, uno en la región occipital y otro sobre el rostro.
Lo ocurrido arrojó otro dato particular en el marco del misterio y dudas que rodeó la muerte de Garrido. Fue la aparición de su Citroen, a un centenar de metros de la casa. Estaba quemado ¿para simular un robo?.
La investigación quedó a cargo del fiscal Alejandro Peregrinelli. En principio se descartaba la posibilidad de que hubieran intentado robar; el foco apuntaba a una drama pasional en el que estaría vinculada una mujer unida sentimentalmente hasta tiempo atrás con el ex-piloto marplatense. Por eso se esperó la declaración del casero, internado por una lesión en una mano.
Obviamente la noticia sacudió al ambiente del automovilismo que rápido, expresó su pesar y brindó las condolencias a familiares y allegados. Nacido en Mar del Plata el 1 de diciembre de 1958, Garrido llegó al TC tras una excelente campaña en el TC del Sudeste, donde se coronó campeón en 1986, 1987 y 1988. Debutó en el actual Autódromo Oscar y Juan Gálvez el 28 de junio de 1987 y corrió 158 carreras. Piloto veloz si bien no tan confiable, le costó ganar y sus dos únicas victorias las consiguió una década después en el mismo escenario porteño de su presentación inicial. Retirado, permaneció un tiempo alejado de la actividad, hasta que diez años atrás fue convocado por la ACTC para desempeñarse como comisario deportivo en las carreras.