FERRARI TUVO A SUS DOS PILOTOS 2014 en el podio del Grand Prix de Singapur, Fernando Alonso y Kimi Raikkonen. Tuvo y no metió, es claro…

Es claro, en principio porque el finlandés todavía conduce para Lotus y después porque el español, que anotó su tercer segundo puesto consecutivo, es quien reclama el mérito casi absoluto por esa racha, después de haber largado quinto, noveno y séptimo, respectivamente, en Spa, Monza y Singapur. La performance real del coche italiano no es la que Alonso pone de manifiesto en cada carrera, con largadas excepcionales como la de ayer, sino probablemente la que exhibe su compañero Felipe Massa (a quien reemplazará Raikkonen en 2014), que terminó 7º, 4º y 6º en el mismo período.

No va a alcanzar con tener una fortísima dupla de pilotos, la primera compuesta por dos campeones mundiales desde Ascari y Farina en 1955, si Ferrari quiere cortar de cuajo la abrumadora racha de Red Bull, que está a punto de ganar su cuarto título consecutivo de pilotos con Sebastian Vettel al volante. Maranello contrata pilotos y contrata técnicos, pero siempre el éxito en Fórmula 1 está perfectamente individualizado.

La casa italiana llevó nuevas piezas a Singapur, y el reporte lo pasó Alonso con cierta ironía: “Antes estábamos a 0s8 de la punta, ahora a 1s1”. En carrera habitualmente la salva su piloto, pero para entonces ya es tarde. “Sabía que no teníamos el ritmo, así que teníamos que inventar algo, tener una estrategia distinta –reveló el español–. Es un podio con sabor a victoria.” Lógico: ¿qué más lejos puede ir con Vettel y Red Bull siempre adelante?

Ferrari está sufriendo una de sus peores derrotas técnicas de los últimos años y no precisamente porque hayan congelado el desarrollo de la F138 para concentrar esfuerzos ya en el coche de 2014, que supone un desafío distinto con su motor turbocomprimido.

Pero el último desarrollo previsto para los autos rojos fue éste que apareció en Singapur y, lejos de representar un avance, resultó un retroceso. ¿Moraleja? La casa de Maranello levanta campamento y se dedicará «99 por ciento», en palabras oficiales, al próximo proyecto.

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El Mundial está perdido. Con ésta de Singapur, Vettel lleva siete victorias en trece Grand Prix, y ya hace cálculos para ver con cuántas carreras de antelación se consagra por cuarta temporada consecutiva. Estiró la ventaja sobre Alonso a 60 puntos (247 a 187, máximo 25 por carrera) cuando restan seis pruebas. Si el resultado de las tres últimas (el alemán ganador, el asturiano escolta) se repite en las tres que siguen, se habrá acabado el Mundial en la India, el 27 de octubre. 

Si no puede ayudar a su piloto a descontar la ventaja, Ferrari al menos no debería traicionarlo.

Por P.V.

Foto Pirelli

 

 

 

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