NO HAY CASO. El Rally de Argentina tiene algo personal con Sebastien Ogier. Seis veces lo corrió y nunca pudo ganarlo. Las grandes expectativas que traía este año, tras llegar invicto a Villa Carlos Paz, se derrumbaron enseguida en esta 35ta. edición. Concretamente en el segundo tramo entre Agua del Oro y Ascochinga cuando cerca de la llegada su VW Polo R se paralizó.
«Faltando diez kilómetros para terminar el tramo, el motor comenzó a perder potencia y parecía que andaba en tres cilindros. Empecé a sentir ruidos raros y a siete kilómetros del final se paró definitivamente», contó el bicampeón mundial a Visión en la carpa de Volkswagen en el mediodía de Villa Carlos Paz mientras, sin perder la tranquilidad, esperaba la llegada de su VW Polo para la asistencia.
«No creo que haya un maleficio, pero estoy convencido que hasta ahora este rally no es para mi. Este año había arrancado muy bien pero enseguida todo se terminó.Creo que en Argentina siempre me falta un poco de suerte, espero tenerla el año que viene…» respondió Ogier sobre sus sensaciones ante las reiteradas adversidades que en seis presentaciones en nuestro país le impidieron triunfar en este rally que su compatriota y tocayo Loeb ganó ocho veces.
«Lo único bueno es que Mikkelsen (su lejano escolta en el campeonato) también se retrasó y por eso espero irme de Argentina con la misma ventaja(34 puntos) con la que llegue en el campeonato. Será como una reivindicaciòn a no haber podido ganar» se consoló Ogier, que no estaba muy entusiasmado con la posibilidad del reenganche. Es lógico. Su único objetivo era ganar y rapídamente se le derrumbó.
Por el equipo de VA (Especial desde Villa Carlos Paz)
Fotos. Mónica Paz