AL FIN ALEIX…
Por encima de la dureza competitiva entre pilotos y equipos, hay triunfos que suelen alegrar al ambiente de la categoría donde se producen. No son los de los campeones, o de quienes son habitúes al escalón más alto del podio. Esa particular sensación de alegría por la victoria de un rival, se tiene con el triunfo de alguien que ha luchado mucho por disfrutar de ese momento pero, sin poder alcanzarlo por distintos motivos.
A su llegada al Autódromo Termas de Río Hondo para disputar la tercera fecha de Moto GP, Aleix Espargaró contabilizaba 199 carreras en la categoría y sin ningún éxito. Una sequía ganadora que se extendía a 283, si se incluía sus pasos iniciales en el Campeonato Mundial en Moto2 y Moto3. Un camino que el español de 32 años, inició en 2005, con el pasaporte otorgado por el título logrado en el Campeonato Español de Velocidad Moto3. Es decir que Aleix nunca había ganado una carrera mundialista. Una deuda pesada, para quien pese a las dificultades supo mantenerse en el alto nivel del motociclismo.
“¿Y para cuándo la victoria?”, fue una pregunta que Aleix enfrentó muchas veces. Paradójicamente no la escuchó tanto en el fin de semana de Río Hondo, tras hacer la pole. Tal vez porque, como contó, algunos daban por descontado el triunfo en una situación que le colocó más presión. “Pensaban que era cuestión de subir a la moto e ir a buscar el trofeo…”, contó una vez que toda esa presión propia y expectativa general, se descargó en llantos, gritos y alegría al cruzar con su Aprilia la meta antes que nadie, un triunfo también histórico para la marca italiana, que en los últimos seis años confió en Aleix, quien a su vez confió en Aprilia.
“Me enorgullece haber estado al frente del proyecto de Aprilia», reconoció Aleix antes de recordar la carrera soñada y concretada. “No fue fácil porque pista estaba resbaladiza. Sabía que tenía algo más que Martin (su escolta y puntero en las primeras 20 vueltas de las 25 totales), pero no quería precipitarme. Por eso después de un par de sobrepasos fallidos al pasarme en el frenaje, porque al agarrar la succión no tenía referencias, decidí preparar todo para las cinco vueltas finales”, recordó sobre una estrategia que le salió perfecta y que coronó a cinco vueltas del final, con un preciso sobrepaso en la curva 5. Fue definitivo porque pese a la cercanía de su Ducati con la Aprilia de Aleix, el constante Martin ya no tuvo más chances de recuperar el liderazgo.
Restósaber si Martin realmente quería recuperar ese liderazgo, y arruinarle la gloria cercana a Aleix Espargaró, padre de mellizos, esposo de Laura, hincha del Barcelona y admirador de Lionel Messi. El mismo Aleix con el que Martin comparte a Albert Valera como representante. Patéticas fueron las palabra de Martin en el podio donde el tercer lugar de Alex Rins mostró el monopolio español. “Sabía que la carrera era para Aleix o para mí. Me alegro que haya sido para Aleix, se lo merece por lo que es como piloto, y lo mucho que con sus consejos y material me ayudó desde pequeño para que pudiese llegar hasta donde estoy”, dijo Jorge con tanta o más alegría que el propio Espargaró.
Hay triunfos que alegran hasta los rivales. Por merecido y esperado, éste de Aleix Espargaró es uno de esos.
Fotos: Prensa MotoGP