UN GRAN PREMIO TRISTE.
«Estoy muy feliz! Aún así, no puedo sacarme de la cabeza a Dupasquier, a mi hermano Juan, y a Fausto… ¡Va para ustedes!»
Las palabras de Gabriel Rodrigo por el tercer puesto en la carrera de Moto 3 del Gran Premio de Italia, contenían encontradas emociones. Por un lado, transmitían la alegría del mejor resultado en el Campeonato Mundial de Motociclismo de este piloto, que nacido hace 24 años en España, corre con licencia argentina. Por el otro, representaba la tristeza por las pérdidas de su hermano Juan, de Fausto Gresini, su exdirector de equipo, y la cercana del suizo Jason Dupasquier, hasta horas ante su colega y rival en las carreras de Moto 3.
Como la mayoría, Rodrigo se enteró al término de la carrera de Moto 3 de la muerte de Dupasquier. Un día antes había pedido por su recuperación ante las preocupantes noticias que con un “su estado es grave” sintetizó el doctor Giancarlo Di Filiipo, médico de la categoría, desde el Hospital de Careggi, en Florencia.
Allí se agotaron los esfuerzos para estabilizarlo y sacarlo del cuadro de edema cerebral y traumatismos de tórax que Dupasquier presentaba tras el tremendo accidente protagonizado en el final de la sesión clasificatoria. Falleció tras una operación El drama se había desencadenado en la zona de la curva Arrabiatta 2 del veloz circuito de Mugello, cuando el piloto suizo se salió ligeramente de la pista, tocó el pasto y fue despedido por su KTM al medio de la pista, donde lo impactaron las motos del japonés Ayumu Sasaki y el español Jeremy Alcoba. Por ser una zona en bajada y con un punto ciego ninguno pudo evitar el choque al encontrarse con Dupasquier tendido e inmóvil. Sasaki y Alcoba también se fueron al piso, pero con menores consecuencias. Sufrieron golpes pero pudieron correr. El nipón llegó cuarto y el español termino decimoquinto.
De la misma manera que los pilotos de autos temen el quedar cruzado en medio de la pista y expuesto al golpe de sus perseguidores, los motociclistas viven obsesionados por las caídas que los dejan tendidos e indefensos en la pista en medio del pelotón. Esto es lo que ocurrió con Dupasquier y encima en un sector ciego. “En mi caída me acordé de Dupasquier” comentó el multicampeón Marc Márquez sobre su nuevo revolcón en Moto GP que por suerte no tuvo consecuencias físicas. ”Cuando pasan estas fatalidades te das cuenta de todo el riesgo que hay en juego” agregó el español.
”Se han hecho muchas cosas por la seguridad pero no son suficientes porque corremos todos juntos” destaca el experimentado Valentino Rossi, quien en el Gran Premio de Malasia 2011 vivió la ingrata experiencia de embestír con su moto a su compatriota Marco Simoncelli, que falleció horas después. Otros accidentes fatales en el Mundial de Motociclismo en este siglo XXI fueron los de Daijiro Katoh en Japón 2003, Shoya Tomizawa en San Marino 2010 y Luis Salom en España 2016.
Nacido el 7 de septiembre de 2001, en Bulle, una ciudad del cantón de Friburgo (Suiza), Dupasquier heredó la pasión por el motociclismo competitivo de su padre Philippe, quien junto a su esposa Andrea, viajó a Florencia para acompañar a su hijo en los que fueron sus últimos momentos de vida. También estuvieron a su lado Stefan Mirsch, jefe de su equipo (Pruestel) y su compatriota Thomas Luthi, piloto de Moto 2 (desistió correr) e impulsor de la campaña deportiva de Jason. Una campaña mundialista que tras su paso por el SúperMoto se inició en Qatar 2020 y, siempre en Moto 3, comprendió 20 carreras con el 7° puesto en el Gran Premio de España de este año como mejor ubicación. Estaba 11° en el campeonato con 27 puntos.
“Desearía que este deporte no fuese tan cruel” fue el sentido comentario del portugués Miguel Oliveira (KTM), escolta del ganador Fabio Quartararo (Yamaha) en un sobrio podio de Moto GP, donde como homenaje al colega caído no hubo festejos con champaña, como tampoco los hubo en las otras carreras e incluso en las del Mundial de Superbike corridas en Estoril con triunfos de Jonathan Rea (Kawasaki). ”Es un día extraño y triste” destacó un emocionado Quartararo, quien exhibió la bandera suiza (nacionalidad de Dupasquier) en el podio.
Lamentablemente esta vez el motociclismo mostró su cara más cruel en un accidente sin otros culpables que los riesgos propios de la actividad. “No sabemos cómo poner remedio a este tipo de accidentes, pues son muy difíciles de evitar porque ante las caídas los pilotos quedan indefensos” señaló el italiano Franco Uncini, campeón mundial 1982 y actual encargado de seguridad de la Federación Internacional de Motociclismo. Por experiencia propia, Uncini sabe lo que dice. En el Gran Premio de Holanda 1983 se cayó de su Suzuki y mientras intentaba levantarse fue impactado en su cabeza por la Honda de Wayne Gardner. Estuvo dos semanas en coma pero se recuperó. “Simplemente tuve mucha suerte” explicó sobre el “milagro” que evitó un desenlace fatal. Esa suerte que esta vez no estuvo del lado del pobre Jason Dupasquier.
