¡QUE VIAJE
DE LOCOS!

Por el equipo de visionauto
El Falcon 7X de Bernie Ecclestone. Así cualquiera, Bernie…
El volcán islandés que entró en erupción y que nadie sabía como pronunciar o escribir (lejos estaba de ser el Sneffels inmortalizado por Julio Verne en Viaje al Centro de la Tierra) mereció sin embargo las mentas más vilipendiosas de media Europa… incluida parte que se encontraba allá lejos, en Shanghai, pensando primero en cómo correr el Grand Prix de Fórmula 1 y, al mismo tiempo, como regresar desde China.

El cierre de la mayoría de los aeropuertos europeos obligó a buscar alternativas. Bernie Ecclestone achicó el pánico desde el arranque. “No hay razones para postergar el próximo Grand Prix de España” dijo seguro. Había ciertos temores, teniendo en cuenta que el motociclismo se vió obligado a diferir el GP de Japón, programado este fin de semana, para fines de calendario, y que muchos equipos creían vérselas en figurillas para regresar los autos y el equipos a sus bases y prepararlos con tiempo para la carrera de Barcelona, dónde en general suelen aparecer novedades técnicas.

Por supuesto que Bernie tenía razones para ser optimista: fue el primer integrante del Circo de la F-1 en regresar a casa. Voló en su Falcon 7X (el de la foto…), vía Estambul, rumbo a Amsterdam, adónde arribó el mismo domingo a la noche. El lunes, bien temprano, cruzó el canal a bordo de un turbohélice que lo dejó en el aeropuerto de Biggin Hill… que le pertenece. A la tarde ya esta en su oficina de Princess Gate, en Londres…

Ferrari contrató un charter para trasladar a los 80 integrantes del equipo que había llevado a Shanghai, de vuelta a Roma, adónde arribaron el martes, para hacer 400 kilómetros hacia Maranello en ómnibus.

McLaren también fletó un charter, llevando a su equipo rumbo a España (dónde los aeropuertos nunca fueron cerrados) y luego en ómnibus a Woking. Lewis Hamilton no tuvo tanto drama: viajó a Kyalami, en Sudáfrica, para filmar un comercial de TV. Y el ganador de Grand Prix, Jenson Button, ya había planeado unos días de vacaciones en Oriente junto a su novia Jessica Michibata.

El equipo Lotus puede ser uno de los últimos en el pelotón pero, en este caso, fue el primero en salir de China. Su director deportivo, el malayo Tony Fernandes, es dueño de la Air Asia, y arregló un charter para sacar a su todo su plantel, vía Kuala Lumpur y el sur de España. Los otros dos dueños de equipo que, a la vez, poseen compañías aéreas, Vijay Mallya (Force India) y Richard Branson (Virgin) también organizaron charters, pero con menos prontitud. El de los primeros arribó a Inglaterra el viernes 23, volviendo por Seúl y Frankfurt; el del nuevo equipo recién estuvo disponible el jueves 22 en Shanghai, cuando ya los aeropuertos ingleses eran operables.

Pero no todos afrontaron el inconveniente con tanto glamour.

Esta fue la odisea de Mark Webber, piloto de RedBull, y de Christian Horner, director deportivo del equipo: “Resultó una estrategia de cinco paradas –dijo Horner, nostálgico de los reabastecimientos- Mark y yo dejamos el hotel a las 4:30 del lunes, tomamos el vuelo de las 7:15 de Shanghai a Dubai, y logramos una conexión a Roma que arribó 20:30 hora italiana. Cambiamos de aeropuerto en Roma y pescamos una conexión a Niza. Pasamos allí la noche y el martes a la mañana abordamos un vuelo a Glasgow, uno de los primeros en sobrevolar cielo británico desde la reapertura de los aeropuertos. Aterrizamos en Glasgow a las 12:05 del martes, y a la tarde conseguimos un helicóptero que nos llevara al condado de Oxford (dónde está el equipo), adónde llegamos a las 16”.

Sebastian Vettel, el otro piloto del equipo, tuvo un guiño de Bernie, que lo llevó en su avión privado hasta Estambul. Allí tomó un vuelo a Niza y desde la Riviera siguió en auto alquilado hasta su casa en Suiza, a dónde arribó el martes a la mañana. ¿Y el equipo Red Bull? “Conseguimos meterlos a todos en un vuelo directo” cuenta Horner; eso fue el jueves 22, cuatro días después de terminado el Grand Prix…
Los autos llegaron a sus bases en general antes que los mecánicos. Los charters que trasladan a la F-1 por todo el mundo volaron desde Shanghai a Bilbao (España), adónde llegaron el jueves 22, y el material cargado en camiones que cruzaron a Inglaterra en ferry.

Periodistas avezados como Joe Saward y David Tremayne, con más de mil Grand Prix entre ambos, también vivieron su odisea. Salieron de Shanghai el mismo domingo del GP, por la noche, en vuelo a Dubai, junto a Ross Brawn y Sam Michael, el director técnico de Williams. Allí no pudieron lograr la conexión: Brawn y Michael subieron a la siguiente aeronave, pero los periodistas formaron parte de la lista de espera que incluía 72 pasajeros… Mientras tanto, en Niza, Brawn y Michael contrataron un remise que los llevara al centro de Francia dónde se encontraron con un Mercedes que venía bajando desde la sede del equipo homónimo, en Brackley (Inglaterra). Cambiaron de monta y llegaron a sus casas el lunes por la noche.

Recién el martes por la mañana pudieron los periodistas abordar un avión rumbo a Niza, en el cual, ¡oh, sorpresa!, se encontraron a la mayoría de la grilla de la F-1 ¡en clase turista! Fernando Alonso, Felipe Massa, Robert Kubica, Pedro de la Rosa, Sebastian Buemi y Vitantonio Liuzzi viajaron así. En Niza, los hombres de prensa pescaron un TGV rumbo al aeropuerto Charles de Gaulle, y desde allí, el Eurostar (por debajo del Canal de la Mancha) a Londres.

Adam Cooper, uno de los que destapó el escándalo USF1, tenía un ticket de Finnair para volver desde Shanghai, pero el vuelo se postergó. Lo cambió por un pasaje de Air Asia a Kuala Lumpur, pero ¡se equivocó de aeropuerto en Shanghai! Perdió el avión y el martes viajó tres horas en micro para arribar a la estación aérea indicada, Hangzhou, a 200 kilómetros de Shanghai. Arribó a Kuala Lumpur en la noche del martes, unos minutos tarde para tomar el vuelo que traía a Lotus rumbo a Europa… Pasó la noche en Malasia y tomó un vuelo rumbo a Stansted, uno de los aeropuertos de Londres. La noche del miércoles lo sorprendió allí y a las 7:15 del jueves se subió a un avión rumbo a Eindhoven (Holanda) a 40 minutos de su hogar en Bruselas. “¿Sabés qué –le dijo la mujer, que fue a buscarlo al aeropuerto- Creí que no volvías más?
Hablando de parejas… Lo mejor fue lo de Kevin Eason, el enviado del flemático Times: de Shanghai a Hong Kong, de allí a TelAviv (dónde fue sospechado de terrorista por llevar una afeitadora en la valija… y tener barba), a Roma, a París, y vía Eurostar a Londres, para llegar al hogar, tras sesenta horas de viaje, un día antes de su casamiento, el sábado 23.
24/4/2010
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