LA MAXIMA PASÓ VERGUENZA.
Ver a Max Verstappen, George Russell, y Lewis Hamilton festejar en el podio el resultado de ese breve y simple paseo ordenado detrás del auto de seguridad que fue el Gran Premio de Bélgica, además de indignación, movió una pregunta.
¿Hubiésemos visto a Jim Clark, Jackie Stewart, Ayrton Senna o Michael Schumacher celebrar una victoria lograda de esa manera tan simple? Pilotos que ganaron carreras en condiciones climáticas similares o peores que las que rodearon esta 12da fecha del Campeonato Mundial de Fórmula 1. Clark, en 1963 en el Spa más largo y peligroso bajo una torrencial lluvia y manejando en varios sectores con una sola mano por un problema en la caja. Stewart, en medio el agua y la niebla en 1968, en el Nurburgring de los 22 km, rodeado de amenazantes árboles y barrancos. Ayrton, en 1985, el bajo el diluvio que inundó el circuito portugués de Estoril en el camino a su primera victoria. Michael, en 1996, en una anegado Montmeló catalán que vio el primero de sus muchos triunfos con Ferrari.
Seguramente no. Es cierto que eran otros tiempos, especialmente en los dos primeros casos. Tiempos de pilotos más gladiadores y apasionados que las actuales estrellas mediáticas. Pilotos que no median riesgos porque la muerte era un condimento más de las carreras y no, ese fantasma al que todos temen sin recordar que basicamente el automovilismo es un deporte de riesgo. Épocas de menos seguridad en autos, circuitos y equipamientos y preparación de los pilotos. aunque ninguno de los casos de las hazañas bajo el agua antes mencionadas hayan tenido el costo de una tragedia.
Por supuesto que han sido bienvenidos los progresos en seguridad que hicieron descender bruscamente los accidentes mortales en la Fórmula. 1. Por eso y por contar, por su nivel de top mundial, con los mejores y mayores medios, cuesta entender porque hubo tres horas de incertidumbre y tensión luego que la prueba inicial de una vuelta detrás del auto de seguridad, se comprobó que las condiciones del circuito no estaban dadas con una constante lluvia y una escasa visibilidad. Tres horas que fueron una eternidad especialmente para los miles de espectadores que estoicamente soportaron la lluvia y el frio, mientras bien resguardados en sus oficinas Michael Masi (director de carreras) y sus colaboradores estiraban una y otra vez el tiempo de las definiciones. Un papelón no propio del nivel de la categoría y que seguramente en tiempos de Bernie Ecclestone al frente de la Fórmula 1, hubiese tenido una decisión más rápida y terminante sin tantas vueltas. Tal vez, Massi y su gente, conocedores, por los pronósticos de continuidad del mal tiempo, que no habría posibilidad de un Gran Premio normal, buscaron la manera de darle un formato para que sin mayores riesgos, se cumpliesen los requisitos mínimos de un Gran Premio (tres vueltas) para así no perder el rédito económico. Una situación que bien definió un indignado Hamilton.
“El deporte tomó una mala decisión. El dinero mandó y esa fue la única razón por la que nos sacaron a una pista donde se veía muy poco y no se podía correr. Esas dos vueltas que nos hicieron dar para completar el recorrido mínimo, formaron parte del negocio ya que ahora al validarse como Gran Premio todas las partes recibirán su dinero. Me siento decepcionado, especialmente por los aficionados a los que les robaron una carrera y por lo tanto merecen que se les devuelva el dinero” descargó acertadamente el campeón mundial, quien obviamente no pudo avanzar del tercer puesto de la grilla y ante el primer lugar de Max Verstappen, vio reducida a 3 puntos (202,50 a 199,50) la ventaja de 8 con la que había llegado a este Gran Premio de Bélgica como líder del campeonato. Obvio es decir que por su reducida extensión, la «carrera» entregó la mitad del puntaje habitual.
“Es una victoria pero no es la forma como me gusta ganar” destacó Verstappen, en una aclaración que no atenuó su satisfacción y el valor de un triunfo que lo acerca a Hamilton en el campeonato y puede ser clave en una temporada tan reñida. “No importa cómo fue la carrera. Muchas veces no se recompensa la tarea de las pruebas de clasificación. Esta vez, si…” declaró un eufórico George Russell recordando su gran vuelta sabatina que siguió dando que hablar en Spa. Era comprensible su alegría, más allá de las circunstancias especiales de la breve “carrera”. Subió su primer podio y encima con un auto, como el Williams que pese a sus progresos, sigue lejos de esos lugares de privilegio en condiciones normales.
Ya está en la historia este Gran Premio de Bélgica pero sin entregar los mejores recuerdos. También sobresale en las estadísticas, porque con sus 3 vueltas (1 en la primera salida y las otras 2 en la restante) con auto de seguridad, se instala como el Gran Premio más corto de los 1.047 corridos desde 1950. Le quita el primado que tenía el Gran Premio de Australia 1991 con sus 14 giros aunque en este caso corridos a velocidad. Para cerrar todo este despropósito queda la mención al récord de vuelta. Tan increíble para tres vueltas con auto de seguridad como increíble fue su autor: Nikita Mazepin. Sin embargo el piloto ruso de Haas, habitual habitante de los últimos lugar, no lo puede contabilizar porque con su 13er lugar no cumple el requisito de haber llegado entre los diez primeros.
Que caraduras todos.Los pilotos tambien tienen responsabilidad en este disparate.Y si realmente respetan al publico,cosa que no creo,que pongan de su bolsillo para reembolsar a los espectadores.La carrera debio largarse en fila india y como mucho correr con bandera amarilla en Eau Rouge,para que los nenes no se hagan pipi…Como se extrañan los corredores de antes….
cambian las épocas y nos debemos adaptar a esta coyuntura, nos guste o no. personalmente no me gusta. son tiempos en los que todos aprendieron a cuidar su quinta, su negocio. los pilotos, que ganan millones y desde su burgués estilo de vida prefieren no arriesgar lo que tienen. los equipos que piensan en el costo de tirar a la basura un auto destruido. los directivos que no quieren lidiar con el costo de tener que explicar un accidente evitable. mientras tanto. quienes peinamos canas y recordamos que la F1 era una mezcla de adrenalina, riesgo, velocidad, ruido y destreza, nos tenemos que conformar cada dia con menos. se fue el ruido por la ecologia y los hidrocarburos, el riesgo por lo expuesto arriba, la destreza por los millones, la velocidad por la seguridad y la adrenalina…. nadie se acuerda ya de eso….