LAS PALABRAS DE Phillipe Bianchi parecieron un anticipo, un presentimiento y ¿un deseo?.
“Esto es más terrible que si hubiese muerto, es una tortura diaria…”, confesó al borde de las lágrimas el pasado lunes, al ver que el estado de su hijo Jules, seriamente herido en la cabeza (nunca recuperó el conocimiento) al despistarse bajo la lluvia y chocar con su Marussia contra una grúa de rescate el 5 de octubre del año pasado en el Gran Premio de Japón, no mostraba signos de progresos.
Hijo de Mauro un expiloto que varias veces visitó Argentina en las Temporadas Internacionales y que tras un grave accidente le impidió ser corredor, Phillipe no tuvo la misma actitud con su hijo Jules. Con 25 años era una de las promesas de la Fórmula 1. ¿Se habrá arrepentido cuando los médicos le comunicaron la muerte de Jules, o habrá pensado que era la continuidad del destino trágico familiar, que el 30 de marzo de 1969 había alcanzado a Lucien, el tío abuelo de Jules, en el mismo circuito de Le Mans que seis meses antes lo había visto ganar las tradicionales 24 Horas junto con el mexicano Pedro Rodríguez, otro mártir de las pistas?.
“Jules luchó hasta el final como siempre pero su batalla llegó al fin…”, destacó el comunicado emitido por Phillipe Bianchi junto con su esposa Christine y sus otros hijos Tom y Melaine, donde también agradeció las muestras de apoyo del ambiente de la categoría y la tarea de los médicos del Centro Hospitalario Universitario de Niza.
Obviamente sin ser el mejor, éste tal vez fue el fin más piadoso que pudo pedir Phillipe para su hijo porque como contó, “si Jules se despertaba hubiese tenido que enfrentarse con enormes discapacidades. Eso no era lo que quería. Habíamos hablado del tema comentando el estado de Schumacher y Jules me decía que sería terrible para él pasar por un situación similar…”.
Jules nunca llegó a ocupar los puestos del podio como alguna vez (Mónaco 68) lo hizo su tío abuelo Lucien al escoltar al ganador Graham Hill y a Richard Atwood, pero también en las calles del Principado tuvo el año pasado su mejor resultado en 34 Grandes Premios largados, con un noveno puesto que le dio sus únicos dos puntos y que actualmente disfruta su equipo Marussia con las regalías de los Constructores, que le permiten ahorrarse los varios millones de dólares de los transportes.
Jules Bianchi tenía apenas 4 años (había nacido el 3 de agosto de 1989 en Niza) cuando el 1 de mayo de 1994, la muerte de Ayrton Senna abrió el más largo paréntesis sin tragedias en la Fórmula 1. Nadie quería verlo cerrado. Lamentablemte le tocó a Jules hacerlo 21 años después.
Por M.S.
Fotos: BBC.com