PODEROSO CABALLERO
No es novedad señalar que el dinero es un gran condicionante dentro del automovilismo deportivo. Cuántas esperanzas, y no sólo en Argentina, se han frustrado por la falta de ese cada vez más imprescindible “combustible” económico. Cuántas otras, en cambio, se han potencias, incluso escalando hasta niveles impensados, por disponer de un potente motor financiero.
Surge el tema frente a este comienzo de temporada dentro de una realidad económica complicada que por el lado del Turismo Carretera muestra a varios de sus habituales pilotos, entre ellos figuras como Mariano Altuna y Leonel Pernía, con incertidumbre no sólo sobre el arranque en Viedma sino sobre su continuidad en el resto del campeonato. No sorprende con presupuestos que por carrera sobrepasan el medio millón de pesos. Ya en el ámbito internacional, esa incertidumbre también la tiene Marcos Siebert, el chico argentino que le ganó el campeonato de Fórmula 4 Italiana al talento y poder mediático de Micky Schumacher y es por ahora la única y lejana esperanza de ver en el futuro a un compatriota en la Formula 1. Le está costando mucho a Marcos llegar al presupuesto (unos 700.000 euros) pedido para escalar a la GP 3 Series, una de las teloneras de la Máxima. Sería lamentable que a punto de cumplir 21 años (16 de marzo) tenga que pegar la vuelta.
Frente a esta complicada realidad de muchos pilotos, encontramos el caso de José Manuel Urcera. Veloz y con buenas aptitudes que está confirmando con su paulatina consolidación en las principales categorías nacionales, este rionegrino de 25 años, nunca encontró mayores escollos económicos para desarrollar su gusto por la velocidad, respaldado por la buena billetera familiar. Este año no fue la excepción y por eso desde hace tiempo tiene asegurados lugares en importantes equipos de TC (Las Toscas) y Súper TC 2000 (Citroen). Esa seguridad y poder le permitieron darse el gusto, ¿y el lujo?, de una particular pretemporada internacional. Para eso cruzó el Atlántico y participó en Montmeló, España de tres jornadas de pruebas sobre un GP 3 Series (dos días) y un Chevrolet Cruze del Mundial de Turismo (una) con autos del Campos Racing. Para los próximos días tiene previsto viajar a Inglaterra para tomar parte de un curso de conducción deportiva de Rob Wilson, un conocido y cotizado entrenador de pilotos.
No es para objetar toda esta actividad que seguramente le habrá significado el desembolso de unos cuantos miles de dólares a Manu. Por el contrario, si tiene la suerte de poder hacerla es bueno que la haya concretado porque ese conocimiento de otro tipo de autos y automovilismo, más allá de abrirle alguna chance para el futuro, le servirá de interesante experiencia y constituirá un plus que deberá saber aprovechar en el competitivo automovilismo nacional. Si, esta situación sirve para marca claramente las diferencias que, como en la vida, existen en el automovilismo, entre aquellos que cuentan las chirolitas y esos otros a los que le sobran. Los unos y los otros.
Por Miguel Sebastián
Fotos: Prensa ACTC ,Siebert y Urcera