DETERMINADO Y VELOZ.
Estas dos virtudes fundamentales para subirse con pretensiones a un auto de carrera se unieron en Santiago Mangoni para convertirlo en contundente vencedor en Rafaela, sede de la séptima fecha del TC.
De esa determinación , Mangoni ya había dado muestra en la clasificación del sábado al negarse a especular con la tardía salida de boxes para aprovechar la succión.”Tengo un auto para ganar y no necesito de eso” proclamó con una llamativa convicción sobre el rendimiento del Chevrolet del JP Carrera Esto lo llevó a no aceptar el pedido del equipo de especular. Tan equivocado no estaba porque clasificó segundo a unas pocas décimas del otro Chevrolet del poleman Gastón Mazzacane.
Tampoco estaban equivocados aquellos que tras los recientes retoques reglamentarios que alcanzaron a los Chevrolet (se agrandó la medida del difusor) y los Torino (se bajó en 15 Kg el peso mínimo) presagiaban una estampida de los “chivos” en un circuito como Rafaela donde habían ganador las ultimas cuatro carreras. Hubo pero no tanto en la cantidad sino en la contundencia que mostró Mangoni y que no dio chances a ninguno de los rivales que en algún momento estuvieron cerca.
“Me pasó como parado” admitió Mariano Werner, sobre ese sobrepaso que Santiago le hizo en la chicana para recuperarse del roce con el Ford del entrerriano. “Era difícil acercarse a Mangoni y por eso no lo intenté mucho. Me interesaba mantener el segundo porque necesitaba sumar puntos” reconoció Valentin Aguirre, compañero de Mangoni en el JP Carrera pero con un Dodge, sobre ese segundo puesto que cortó una serie de 22 carreras sin visitar el podio y lo metió dentro del grupo de la Copa de Oro.
“Me costó correrlo a Santi, y cuando lo hice cometí un exceso en la chicana y perdí posiciones. A partir de ahí se hizo más complicado seguirlo” contó Matías Rossi, satisfecho con un tercer puesto que puso fin a días complicados en Toyota (se rompieron dos motores de Rody Agut y debieron recurrrir a uno de Claudio Garófalo) y relanzó ilusiones de Rossi para pelear por el título.
Tal vez la historia pudo ser distinta y menos cómoda para Mangoni si Mazzacane no hubiese cometido en su serie el error de pasarse en una chicanas. Lo aprovechó Rossi para birlarle ese triunfo parcial. A partir de ahí, el andar del ex Fórmula 1, no fue el mismo. Por lo menos llegó 10°, algo que al romper el motor de su Dodge no pudo Jonatan Castellano pero que no le impide mantener el,liderazgo del campeonato.
A pesar de la comodidad del este tercer triunfo en el TC, desbordó de emoción al festejo de Mangoni. “Ganar en TC es lo máximo, no se compara con nada, ni con toda la plata del mundo…” dijo al borde las lagrimas este balcarceño de 34 años, que relativizó el valor de esta victoria por los 4.000000 de pesos que ofreció como recompensa. “Algo haremos con el equipo…” respondió ante la inevitable pregunta sobre el destino de ese dinero.
Como es habitual una multitud acompañó la presencia del TC en Rafaela. Sin salir decepcionada, le quedó pendiente ese trámite de permanentes sobrepasos en compactos pelotones habituales en un circuito donde ese roza los 300 Km/h. Quedó en deuda para la próxima. Y puede ser pronto, si hay acuerdo con la ACTC. ¿Cuándo? En septiembre y como inicio de la Copa de Oro. ¿Qué tal?
Fotos: Prensa ACTC.