"MI CUERPO ESTÁ QUIETO, MI MENTE VUELA LIBREMENTE"

LOS MAS MEMORIOSOS recordarán ese 4 de octubre de 1970; en una carrera de Sport Prototipos en el Autódromo de Las Flores, Andrea Vianini sufrió el terrible accidente que le produjo una parálisis casi total, después de volar por los aires con el Baufer-Dodge que quedó destrozado. Tenía 28 años.

Desde aquel día, la vida del querido Tano se convirtió en una durísima lucha diaria. Andrea, aquel que supo ser un bravísimo piloto que no sólo sobresalió en el país, también en el ámbito internacional donde supo estar vinculado a Alfa Romeo.   Remember, su victoria con La Garrafa en Buenos Aires en el día del debut de ese auto en TC (foto).  Los hermanos Aldo y Reinaldo Bellavigna le ofrecieron manejar la mítica Garrafa que tenía piso de  Alfa Romeo,  chasis Bergantin-IKA y motor Chevrolet.  Ganó en el autódromo porteño el 16 de julio de 1967.

Afuera, su máximo logro lo conquistó con otro grande, su amigo Nasif Estéfano; compartiendo la conducción de un Porsche 904 GTS (foto abajo) ganaron en 1964 las «12 Horas de Reims».

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Hace poco no la ha pasado bien de salud, debió ser operado en el Hospital de San Isidro, luego los buenos oficios del colega Carlos Legnani, cabeza de la organización periodística «Campeones», ante el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, hombre fierrero también. El jefe comunal, vale la pena reconocerlo, puso a disposición del Tano el hospital donde lo intervinieron de una delicada dolencia.

Vianini, ha vivido siempre a fondo, más allá de los enormes obstáculos que le puso la vida luego del accidente. Supo decir como una muestra de su gran personalidad: «mi cuerpo está quieto, pero mi mente vuela libremente».

Por C.S

Foto: gentileza Gabriel Santos

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