AGUARDÓ UN ESPECTÁCULO.
GUILLERMO ORTELLI: “Me quedé corto , pude estar más arriba. Quedé a 8/10, pudo ser mejor pero bueno, je, la cosa pasa por otro lado. Quiero agradecer a la gente todo el cariño brindado a lo largo de los años, y disfrutar yo al máximo de mi última carrera, y confiado en que podré hacer andar bien”.
JONATAN CASTELLANO: “No fue fácil recuperarnos del golpe con Canapino a principios de año; además no comenzamos bien, sin embargo después en la clasificación las cosas nos salieron bien. Salí enseguida se habilitó la pista sin pensar en “tirar” con nadie, anduve solo y la cosa funcionó, el auto mejoró y me permitió hacer el mejor tiempo. Sí, en un momento pensé que el grupo de los autos que iban adelante mío, me harían perder tiempo, pero por suerte pude hacer antes el tiempo”.
A su manera, el Guille y Pinchito se repartieron el primero de los dos días de Turismo Carretera en el autódromo pampeano de Toay, la cuarta fecha anual que iba recordarse por largo tiempo.
El Rey de Salto eclipsando a casi todos quienes fueron sus pares hasta la última de 2021 en San Juan. El retiro anunciado se concretó, sólo restó la última función, la carrera despedida para la que clasificó 35º. ¿A alguien le importó?
Toay fue el lugar escogido por la ACTC, impulsora de un evento multitudinario, en cantidad de gente como en los viejos tiempos, y envuelto en un clima festivo y sensibilizado a la vez para todos, pilotos, equipos y público, a la cual aportóPinchito mandándose la pole en soledad con su Dodge naranja. Y ocurrió en su carrera 250 que llevó a la familia Castellano casi en pleno, con el Pincho a la cabeza, a acompañarlo al Pinchito a La Pampa.
Guillermo en Toay,con sus autos campeones y el que utilizó en Toay.
La mesa servida. Y para potenciarla, llevaron autos campeones de Ortelli, expuestos en el Museo del TC instalado en el Autódromo Mouras, en cuyo interior podés contar hasta 80 autos originales, impecables, verdaderos tesoros fierreros, lamentablemente conocidos por una cantidad de fierreros que debería ser mucho mayor, si se contara con estrategias para acercar el museo a la gente. Hay que volver al punto, los Chevrolet de Guille relucientes, empezando por la Chevy blanca con la cual en Olavarría 98, logró la primera de sus siete coronas. Autos que rubrican la grandeza deportiva de Guillermo, transitaron la pista. La respuesta del otro lado del alambrado, resultó conmovedora.
“Todos queremos ganar, pero sin dudas, la despedida de Guille nos movilizó a todos, dí una vuelta con el antes salir con los autos de carrera, y las demostraciones de la gente erizaron la piel, tremendo”, deslizó Agustín Canapino. El Titán ocupó el segundo lubar en los cronómetros, perteneciente al bicampeón Mariano Werner. El entrerriano cayó al 24º lugar recargado con 6/10 por cambiar el motor dañado en dos fechas al hilo. Por el contrario, no cayó, subió y se ubicó octavo en los tiempos Matías Rossi en el Toyota Camry en elaboración, en su mejor clasificación.
El TC en Toay, ratificada una gran plaza, con obligatoriedad de cambio de dos ruedas del lado derecho entre las vueltas 8 y 23 de la final, con Ortelli al frente del volante emocionado y emocionando al gentío.
Fotos: ACTC