TEMOR POR LA PISTA
«Nada que ver». La frase se repitió en cada piloto ante la consulta sobre una comparación entre el clásico Zonda, que el TC esquivó tanto, y este moderno Autódromo de Villicum, ante cuyos encantos deportivos y económicos sucumbió la popular categoría para dar lugar a la anteúltima fecha de la temporada y terminar con 45 años de ausencia en San Juan.
Es cierto. Nada que ver entre esa majestuosidad cercana de la montaña que infunde tanto respeto en el Zonda y que es su marca registrada con este marco montañoso lejano de Villicum que sirve para darle algo de color a la postal y también para una mayor tranquilidad de los pilotos, reflejada en la también repetida frase “es un circuito muy lindo para manejar…”
Todo muy lindo por la imponencia de la obra que significó un gasto de 50 millones de dólares pero que al estilo del más antiguo trazado mostró una falla que ya parece común en los circuitos nuevos: el levantamiento de varios sectores de la pista. Un problema que este pista de Villicum empezó a sufrir tras el paso de las motos del Superbike el 14 de octubre y que días después preocupó a Roberto Argento (encargado de circuitos) y Fernando Miori (gerente), enviados de la ACTC. para verificar el estado del circuito. Sólo encontraron algo de tranquilidad ante la promesa del responsable de la pavimentación de que no habría problema con el nuevo reasfaltado. Lamentablemente los hubo con el levantamiento de la pista en distintos sectores.No imposibilitaron el tránsito de los autos pero lo complicaron ante las piedritas sueltas y una huella única.
“Me da pena que ocurra en este circuito que tiene un excelente infraestructura pero lamentablemente la pista está rota. Siento lástima por la gran inversión que se hizo” destacó Matías Rossi de camino a un galpón de la técnica ubicado en una zona con obras todavia por terminar, otra inequívoca señal de lo apresurada que en su momento fue la inauguración del circuito. “Ojalá no se convierta en algó caótico” advirtió Matías de cara a la segunda clasificación y carrera, con un rostro serio, no acorde a su condición de amplio poleman provisorio por su ventaja de 1s045 sobre Juan Pablo Gianini, el exmotociclista, que pareció hallarse a gusto en un circuito que la mayoría de sus colegas estimaron que “se hizó más para las motos que para los autos». Ese 1-2 de Ford fue lo rescatable deportivamente de una clasificación demorada 45 minutos en su inicio por los trabajos en la pista para ponerla minimamemte en condiciones.
Juan Manuel Silva fue uno de los estandartes de esa teoría. El mismo Pato, que sobre el tema del levantamiento de la pista, y tras aclarar que “no soy ningún entendido”, teorizó que “tal vez se debió a una argentiniada de terminar todo a las apuradas Lo ideal hubiese sido dejarla un tiempo para que el asfalto se consolide. Es como una casa nueva. No podés ir a vivir apenas la terminaste de construir, porque si lo hacés, enseguida se te empiezan a aparecer los problemas…”
Es cierto y más si esa “casa” nueva es el Autódromo de Villicum que costó tanta plata. Ahora es tarde para lamentos. Sólo queda esperar que con los nuevos reasfaltados prometidos alcance para que al menos el TC pueda enderezar este retorno a San Juan. Algo que en su cuenta de twitter anticipó Orly Terranova, el titular de OSD (empresa a cargo de Villicum) quien explicó que «el polimero (última capa de asfalto) se coloca a 160 grados, hubo una diferencia de temperatura de 15 grados y por eso se generó el problema» y adelantó que la empresa encargada de la pavimentación respetará lo convenido y solucionará el problema
Fotos: Gentileiza Sólo TC y Prensa ACTC.
