CONTUNDENTES
Así fueron el ganador Leonel Pernía y su escolta Agustín Canapino en la quinta fecha del TC 2000 en el Autódromo de Río Hondo. Lamentablemente esa contundencia no se vio sobre la pista, lugar donde todos la esperaban, sino tras la culminación de la carrera con sendas críticas que apuntaron al común objetivo del sistema de lastre.
“Es cierto que tuve un auto increíble pero también que tenía 20 kilos menos (su Renault cargó 30 contra 50 del Cruze) que el de Agustín. Y este es el tema, que me molesta cuando gano y cuando pierdo. El tema de los kilos que cargamos por reglamento y que en carrera no nos dan la posibilidad de medirnos mano a mano con nuestros rivales y ver cómo estamos” sostuvo Leo, antes de cerrar con un “entiendo que es una temporada de transición pero la categoría deberá analizar las contra de este sistema de lastres”.
“Quedó demostrado en carrera que este sistema de lastres no da espectáculo y empareja hacia abajo. No sé cuando pero habrá que modificarlo” largó a su turno Agustín, quien por encima del tema desde que llegó a Río Hondo señaló a los Renault como los autos superiores. Su buen timing para realizar una excelente largada le permitió superar a los Fluence de Matías Milla e Ignacio Montenegro y quedar desde la curva inicial como lejano, resignado pero satisfecho escolta de un inalcanzable Pernía.
La buena suerte le sigue dando la espalda a Facundo Ardussso.. Apenas pudo andar unos metros en la final antes de romper el embrague de su Honda.No son nuevas las quejas de Pernía y Canapino al sistema de lastres aplicado desde hace años en el automovilismo como discutida receta para lograr una mayor competitividad. Las expresan en todas las categorías aunque en el TC no se escuchan tanto. Por encima de los intereses propios que siempre esconden las declaraciones de los pilotos, lo cierto es que la confrontación de autos con importantes diferencias de peso, especialmente en el primer nivel, no permiten ver su real rendimiento al tiempo que limitan los duelos directos, tan necesarios como escasos en el actual automovilismo. Esto se comprobó en una carrera final que con su trámite lineal en el grupo de punta ya desde la curva inicial definió los integrantes del podio. Porque Pernía crucereó tranquilo, Canapino se conformó con los puntos que ante la floja actuación de Llaver lo elevaron a la cima del campeonato y Milla no arriesgó la posibilidad de un nuevo podio. Para entretenerse un poco hubo que mirar al áspero grupo que integraron Santero, Barrio, Yannantuoni y Montenegro. Allí hubo picante con varios y apretados sobrepasos. Otro punto para resaltar fue la carencia de los problemas on gomas y frenos que preocuparon tras el Sprint.
Emparejar para abajo es otro cargo que desde hace tiempo recae acertadamente sobre este sistema de lastres. En Termas se vio con la imagen del Chevrolet de Bernardo Llaver sosteniendo apenas el noveno puesto ante el Fiat de Ezequiel Bastidas, tras haber sido superado por el otro Cronos del reaparecido Emiliano Spataro poco antes de abandonar. Era el mismo Cruze que venia de ganar la carrera anterior en Neuquén y el mismo Llaver que lideraba el campeonato, pero con el máximo lastre (60 Kg) y un nuevo motor. Una situación que molestó a Berni. “Este motor va despacio. No sé por qué me lo cambió la categoría. Son cosas que pasan cuando uno está molestando un poco, habrá que agachar la cabeza y seguir trabajando…” se descargó Llaver ante los micrófonos de Campeones cuando todavía estaba al frente del campeonato. Después de este mal paso por Termas está cuarto con 113 puntos, detrás de su compañero Canapino (132), Santero (122) y Pernía (122). ¿Ya molesta menos para la intención de construir con ese trío el exclusivo grupo de candidatos al título1?