EL ESCÁNDALO HORNER PUEDE AFECTAR DE UNA MANERA U OTRA AL EQUIPO CAMPEÓN.
El RB20, el nuevo coche de los campeones del mundo, puede ser la herramienta ideal para que Max Verstappen consiga su cuarto título mundial consecutivo, igualando la marca que impuso, con la misma compañía, el alemán Sebastian Vettel en el periodo 2010-2013.
El nuevo coche presenta dos innovaciones llamativas: las tomas verticales para la entrada de aire a los radiadores y dos «hombros» altos a lo largo de la tapa del motor. Causaron sorpresa y obligan a preguntarse qué tan efectivas podrán ser esas soluciones.
Pero, de manera independiente a la hipotética competitividad del RB20 (de la que no habrá evidencia real hasta la qualy del GP de Bahrein, la primera carrera del 2024), la posición relativa de RedBull en la Fórmula 1 pudo haberse dañado de manera irreparable tras el escándalo que afectó a Christian Horner.
El Team Principal, que lleva 20 años a cargo del equipo y es co-responsable de todos sus éxitos, estuvo presente en la develación del RB20, mientras prosigue la investigación que lo tiene como objeto a propósito de un presunto abuso de posición dominante: nunca ha estado demasiado clara el tenor de la acusación, una estrategia deliberada de la compañía que lo emplea. La web oficial del equipo no subió fotografías de Horner en la presentación.
«Para empezar, obviamente niego las alegaciones que se han hecho en mi contra», cita la BBC a Horner. «El proceso continúa y soy completamente respetuoso de ello. Por supuesto que es una distracción para el equipo, pero el equipo está muy unido. Y seguimos preparando la temporada que tenemos por delante».
En este punto, se pueden suponer dos escenarios: Horner continúa en el equipo, porque la investigación no lo encuentra culpable, después de que el viernes 9 un abogado independiente lo cuestionara durante ocho horas en Londres; o que abandona su cargo, porque renuncia o lo despiden. En cualquier caso, la máquina aceitada de ganar campeonatos en que se ha transformado la escuadra de Milton Keynes ha sido alcanzada por la onda destructiva del escándalo.
Aun si Horner permanece en su puesto, su autoridad puede verse minada y, así, RedBull podría verse sujeto a una sangría de recursos humanos similar a la que sufrió Mercedes desde la pandemia, especialmente porque Ferrari está dispuesto a cazar talento con billetera indiscriminada: le quedan 200 millones de euros libres de los 410 que consignó al Proyecto Hamilton.
Puede que Adrian Newey considere que, a los 60 plus ya es demasiado veterano para iniciar una nueva aventura en otro equipo, pero ¿qué hay de su segundo, el director técnico Pierre Wache? Los rumores son insistentes.
Y si Horner se va, después de haber maniobrado con un estilo muy personal durante dos décadas para conseguir tantos títulos, empleados muy jerárquicos pero menos instrumentales pueden preguntarse con lógica si no están mucho más indefensos, y considerar otras alternativas. La especulación es plausible.
Si es real que el Bando Verstappen (Max y su papá Jos) se alinea con el doctor Helmut Marko (que acaba de renovar contrato por tres años con RB) en contra de Horner, la pregunta es ¿cómo controlarán la botonera que hasta aquí fue propiedad del manager inglés? Con Horner adentro, la interna puede recrudecer; sin él, ¿quién puede asegurar que el management del equipo seguirá siendo sólido y fructífero?
Por de pronto, sin Horner a bordo, la suerte de Checo Pérez podría estar echada mucho antes de que se cumpla su contrato, que expira a fines de este año y seguramente no se renovará.
«Somos un equipo. Somos un grupo», insistió Horner en la presentación. «Los accionistas han apoyado de manera increíble a este equipo. ¿Si yo soy la persona correcta para liderarlo? ¡Absolutamente! Lo he hecho por 20 años y no tengo dudas de ello»
Pero agregó: «Miren, creo que en momentos de incertidumbre, el equipo se une más y nunca ví al grupo tan unido y mostrando tanto apoyo como ahora. Todo el mundo está enfocado en una sola cosa, la performance del auto. Es lo único que le preocupa a la gente»
Horner tuvo un mano a mano con la prensa, secundado, como es habitual, con una responsable de comunicación del equipo, que lo dejó explayarse sin coartarlo, y solo evitó que el Team Principal respondiera una única pregunta:
-¿Se le ofreció algún trato a la persona que hizo la queja, para que la desestimara?
-No respondamos eso- dijo la asistente.
¿Esa puede ser la salida para dejar atrás el escándalo? ¿Le ofrecieron 650 mil libras esterlinas a la demandante?