SABE LO QUE DICE.
No cualquiera en el automovilismo argentino exhibe una variada exitosa trayectoria que entre piloto y director deportivo sume medio siglo y lo encuentre en plena vigencia en el equipo Honda. Entrerriano, de Villa Elisa, Alberto Scarazzini es uno de esos privilegiados. Campeón de la F-2 Nacional en 1981, director de laureados equipos de TC y TC2000, tuvo bajo su mando a los más conocidos pilotos, y su trayectoria le ha deparado un profundo conocimiento del medio y sus secretos. Por lo tanto es palabra autorizada, y hace con visionauto un repaso a su vida deportiva.
Cachi y visión. Un ida y vuelta sin restricciones.
En la charla con visionauto, Scarazzini destacó las diferencias entre el automovilismo de sus tiempos de piloto, y el desarrollado desde hace años como director deportivo (desde 2023 en el equipo YPF Honda).“Comencé a correr a los 16 años y lo hice hasta los 33. Ahí dejé y comencé a trabajar en los equipos. Fue en 1987, ese año no hice TC2000, y alquilé mis autos de Fórmula 3 porque fuí a Europa con un proyecto de Oreste Berta y Víctor Rosso con su auto de F-3. Cuando volví, Oreste me encomendó dirigir el Berta Sport de TC2000 que tenía como pilotos a Juan María Traverso y Miguel Angel Guerra. Al año siguiente en 1989, salimos campeones con Guerra, que apenas logró dos triunfos mientras el Flaco gano varias pero también tuvo unos cuentos abandonos”, comienza a contar Cachi, amable, con su buena predisposición habitual, aspectos humanos que lleva como marca registrada.
-¿Cuál de las dos etapas te dio mayores satisfacciones?
-Analizando las etapas como corredor y como director deportivo, me quedó con las dos. Es cierto que trabajar debajo del auto me dio más satisfacciones pero los logros como piloto también resultaron fantásticos. Por eso, aunque los primeros hayan tenido más trascendencia, pongo a las dos etapas en un nivel parecido.
-¿Te arrepentiste de haberte retirado tan joven (33 años), una edad en la que actualmente los pilotos están en su plenitud?
-No, y deseo que no se malinterprete lo que voy a decir y se recuerde que eran otros tiempos. Como todos, quería ganar y para eso di todo y un poco más. Corría para no volver a casa (imaginando un accidente) y el negocio ya era volver. Por eso perdí el gusto cuando me dí cuenta que tenía que cambiar esa actitud tan agresiva sobre el auto que contrastaba con la tranquilidad que mostraba debajo. Actualmente todo ha cambiado y como corresponde, todos quieren volver a casa. Tiene que ser así. Antes teníamos esa mística que debíamos darlo todo y un poco más. Y si bien esta forma de actuar me dio algunas satisfacciones también me hizo pegar varios palos, algo que no tendría que haber pasado.
-¿Nunca te picó el bichito de volver a correr?
-No. Nunca quise volver. A mi me gustaba ir a fondo, doblar y respirar poco como pasaba con los autos de fórmula. Son otra cosa los autos con techo. Resulta agradable manejarlos pero nunca me dieron esa sensación de verdadero placer que me daban los monopostos en la época del efecto suelo con el viento en la cara y la cabeza que se movía.
–Tuviste pilotos de distintas épocas, ¿Son más exigentes los actuales?
-Los pilotos actuales llegan mejor preparados porque corren más carreras y categorías. Antes había menos careras y categorías. A hora son más perfeccionistas en la manera de conducir pero no tanto en el conocimiento del auto. Se llega a eso por los datos de adquisición, las cámaras, la telemetría, los simuladores. Y llegan en muy buenas condiciones. Ya los pilotos no pueden mentir como antes aunque no sé si eran mentiras lo que decíamos sino que indicábamos cosas que nos parecían y finalmente no eran. Actualmente te muestran la adquisición de datos y sonaste…
-Con semejante trayectoria ¿sentís que se te ha reconocido?
-Me siento reconocido. De la época de piloto, por aquellos que siguieron y conocieron esa gran categoría que fue la Fórmula 2 Nacional. Ahí noto que dejé una huella como también lo hice en años posteriores ya como director deportivo. Tuve la suerte de trabajar con buenos pilotos y equipos. La vida te pone en esas situaciones y bienvenidas sean, aunque creo que también colaboré estando en los lugares adecuados.
«(el ACA) dejó mucho espacio que ocupó la ACTC».
– Por tu extensa campaña debes ser uno de los que tienen mayor cantidad de licencias deportivas del Automóvil Club Argentino, ¿te lo han reconocido?
-Siempre fuí licenciado del ACA, primero como piloto y luego como director deportivo. No voy a juzgar al ACA por si me hizo o no un reconocimiento (dejó la impresión de sentir cierta ingratitud del ACA hacia el). Voy a juzgarlo por lo que no hizo por el automovilismo. En ese plano ha dejado de tener una influencia fuerte, y dejó mucho espacio que ocupó la ACTC. No tienen presencia en situaciones para decir «yo estoy acá con el poder de la FIA». Nada que ver con mi época de piloto donde tenía una mayor envergadura. Eso tiene que volver, y para que ocurra debe existir un cambio de actitud. Me quejo porque con el panorama que vemos, estamos sumisos al éxito de los demás. Por su lado, la CDA no hace las cosas como corresponden. El ente fiscalizador dejó que el ente organizador maneje el negocio. Y esto influye en lo que estamos viendo, con calendarios y reglamentos manejados por los organizadores. El ACA no es totalmente culpable, pero si es absolutamente cómplice.
«Actualmente las estructuras son técnicamente poderosas pero económicamente están en la lona»
-¿Todo tiene que ver con el incierto momento del TC2000?
-Creo que el TC2000 dejó de interesar. Falta marketing, se pueden hacer más cosas y comunicar mejor. Y en lo fundamental, tener mayor cantidad de autos y mejores carreras. No se cuida ni a los pilotos ni a los equipos. Igual a los pilotos no se los trató tan mal y en general les fue bien a los que llegaron a ser profesionales en la categoría. En cambio, los equipos perdieron importancia. Antes estaban Berta, Herceg, Antelo que eran estructuras técnica y económicamente poderosas. Actualmente las estructuras son técnicamente poderosas pero económicamente están en la lona. Eso se perdió y en eso mucho tuvo que ver la manera de la distribución de los recursos, quién se hizo dueño de las cosas y cómo cambió de mano la billetera. Esto fue negativo.
–De todos los pilotos con los que trabajaste, ¿a quién consideras el mejor?
-Sería injusto nombrar a uno porque pasaron muchos y muy buenos. Qué puedo decir de Traverso, Ledesma, Guerra, Pechito Esto no me impide decir que si hubo uno que marcó una diferencia ese fue Traverso. Tuvimos y tenemos una relación de mutuo respeto. Me alegra verlo y al Flaco le pasa lo mismo.
«Guido Falaschi estaba destinado al éxito»
-¿Y entre los jóvenes, a quién viste con una gran proyección?
-Es difícil cruel decirlo pero alguien que estaba destinado al éxito era Guido Falaschi. El «Gordo» no tenía dramas, nunca se quejaba. Se sentaba en cualquier auto y andaba a los pedos. Lamentablemente lo tuve , pero lo valoré mucho…
–Tenés una trayectoria de muchos años, grandes satisfacciones y un recorrido como pocos en la actividad. ¿por qué seguís?
-Sigo porque me apasiona. Desde que era chiquito y en mi casa jugaba con los autitos soñé con ser piloto. Pude hacerlo y después continuar como director deportivo. Ambas cosas me dejaron muy conforme de mi paso por el automovilismo. Con toda esa experiencia voy a las carreras con otra óptica. Tengo la suerte desde hace tiempo de compartir cosas con Javier Ciabbatari, pero no soy alguien que está en la posición de dirigir el equipo. Es Javier el que lo dirige. Mi rol es colaborar y marcar cosas que se tienen que hacer. Soy consultado por la dirección del equipo y me ocupo de la elección de los neumáticos. Podría decirse que soy un director de equipo.
-También te ocupas de los reclamos, y a muchas veces se te vio en el camión de los comisarios deportivos de la CDA, fuiste un precursor en eso..
–Es cierto. Me gusta también esa tarea y me siento identificado. Oreste Berta fue el que me dio el primer espaldarazo para hacerla. Me vio algo, confió en mi y me eligió para que hiciese ese trabajo. Entendió que para juzgar ciertas situaciones tenía la visión del piloto, algo que hasta entonces no poseían la personas a cargo de los equipos, que por lo general eran gente grande y que no habían corrido, como pasaba con el propio Oreste. En mi caso, en ese momento, tenía además la ventaja de haber corrido hasta hace poco, lo que me permitía estar actualizado.
–¿Hay grieta en el automovilismo argentino?
-No sé si existe la grieta pero sé que dentro del automovilismo nacional, del lado de la ACTC ponen reparos a los que viene para este lado (ACA). Por el contrario, del lado del ACA, para el otro pueda hacer lo que quiera. No sé si se le puede llamar grieta, pero es un condicionamiento. Estuve mucho tiempo trabajando en el TC, me fue bien y no me puedo quejar.
-¿Podés volver ahora a trabajar en TC, después de lo que pasó con el accidente de Falaschi?
-No sé si podré volver en algún momento. Por ahora me dijeron que no…
Alberto “Cachi” Scarazzini. Un libro abierto del automovilismo argentino. Vale la pena leerlo.
Excelente entrevista a uno de los mas lucidos de la actividad.Obvio que tenia que estar prohibido por la ACTC.
Una vez mas,gracias Vision.
sin dudas scarazzini es uno de los hombres más válidos del automovilismo argentino,… y no hay mal que dure 100 años, slds