DUEÑO DE LAS CALLES REALES.
El futuro mostrará si Max Verstappen puede llegar en Mónaco al récord de seis victorias de Ayrton Senna o las cinco de otros reyes de las calles del Principado como Graham Hill y Michael Schumacher. Independientemente de que esto ocurra, el neerlandés ya puede ingresar en la galería de los grandes en el circuito monegasco.
Es cierto que por ahora Max sólo suma un par de triunfos en la tradicional carrera, pero no siempre la cantidad es sinónimo de calidad. Lo realizado el fin de semana por Verstappen, especialmente en la clasificación, tuvo un valor tal vez superior a la de alguna victoria propia o de otro piloto. Hay que buscar y mucho para en la historia encontrar una vuelta tan impresionante como la que a puro talento y coraje el bicampeón mundial dio en los segundos finales para arrebatarle la pole a Fernando Alonso a costa de tomar altísimos riesgos y rozando un par de veces las vallas de contención. Quizás encuentre comparación, con las diferencias del caso, con aquella que sobre un McLaren hizo Ayrton Senna en 1988 para ganarle el primer lugar de partida a su archirival Alain Prost
“Ya estaba en pole, pero de repente fui yendo más y más rápido. Era dos segundos más rápido que nadie. Conducía por instinto. Estaba en otra dimensión, en un túnel. Iba más allá de mi conciencia, como si Dios me empujase. Aquel día me dije,esto es lo máximo, no hay espacio para más y nunca volvía sentir lo mismo” recordaba Ayrton sobre aquel supremo momento. Más terrenal, Vertappen explicó esa supervuelta con un simple “me jugué a todo o nada para hacer la pole y para eso tenía que rozar los muros…” Por encima de las explicaciones, fueron dos vueltones que ya están inscriptos en la historia del Gran Premio de Mónaco.
En carrera, Senna tuvo una desconcentración que le costó la victoria cuando era cómodo líder. En cambio, Verstappen, sobre un veloz y confiable Red Bull, tuvo un Gran Premio perfecto que rubricó con una clara victoria de punta y punta. Igual puso lo suyo. Primero con una buena largada y luego para estirar a las 56 vueltas el rendimiento de los neumáticos intermedios que le permitieron marcar decisivas ventajas sobre Alonso, que optó por los duros, hasta que entró por el recambio un par de giros antes que el neerlandés. “Lo que hizo Max con los neumáticos intermedios fue brillante” elogió el español. No fue la única lección de Max, quien también hizo malabares para mantener competitivo al Red Bull cuando la lluvia puso a todos al borde del golpe o el trompo.
Con la cuarta victoria sobre seis fechas,que le ha dado una ventaja de 39 puntos (144 a 105) sobre su compañero Sergio Pérez, Max consolidó su camino rumbo a su tercer título consecutivo. Es cierto que todavía quedan 16 Grandes Premios pero viendo la cantidad de errores (golpe en clasificación, toques varios en carrera y cinco entradas a boxes) que cometió Checo en un escenario que lo había visto ganador el año pasado, cuesta pensar que el mexicano pueda hacerle frente a la mayor capacidad, determinación y frialdad de Verstappen ante instancias decisivas.
¿Y Alonso? El español reconoce que al Aston Martin le falta dar un saltito para competir de igual a igual en carrera con los Red Bull, pero acumula podios (5 en 6 carreras) y puntos. Ya suma 93 y está tercero en el campeonato a 51 de Verstappen.
“No píenso en el campeonato pero tampoco lo descarto…” avisa el español en un mensaje realista pero que abre algunas ilusiones en función de renovar el interés del campeonato mundial. Un mensaje que en la próxima fecha puede optimizarse con un triunfo de Fernando y una carrera sin suma de puntos para Max. El domingo Alonso corre ante sus compatriotas el Gran Premio de España, la última carrera de Fórmula 1 que ganó hace ya una década. Mayor motivación imposible.
