UNA SIMPLE AMENAZA.
Resultó, más con tono anecdótico que real, la advertencia de Fernando Alonso a Max Verstappen sobre la posibilidad de pelearle la victoria en el Gran Premio de Canadá desde su lugar de escolta en la grilla. Se vio apenas largada la carrera con la determinación con la que el piloto de Red Bull tomó la punta mientras Fernando no tardó en volver a la realidad de ser un actor distante de la punta. Terminó séptimo pero tars la carrera cayó dos puestos por una sanción de cinco segundos por zigzaguear delante del Alfa Romeo de Valtteri Bottas.
Igual a falta de Alonso, hubo un español que hizo transpirar a Verstappen en el camino a su sexta victoria del año sobre nueve Grandes Premios. Fue Carlos Sainz, quien en las últimas 20 vueltas y partir del tono emotivo que tomó la carrera tras el ingreso del auto de seguridad por el despiste de Yuki Tsunoda, exprimió a la Ferrari y presionó a Max en busca de su primer triunfo.
Allí se encontró con un Verstappen, maduro no sólo conductivamente, sino mentalmente para soportar semejante presión. Habitual piloto de ataque, Max hizo una gran defesa, sobre un auto con buena velocidad. mejor tracción y gran ritmo. Así se llevó una victoria lograda a lo campeón. “Lo buscaré en la próxima” dijo Sainz sobre ese esquivo primer triunfo en un podio que vio más feliz el rostro de Lewis Hamilton, por su tercer puesto.
¿Y Charles Leclerc? Hizo lo que pudo desde su anteúltimo lugar de partida por cambio de la unidad de potencia del motor de su Ferrari. Llegó quinto y sumó 10 puntos contra los 25 de Verstappen, que así estiró a 49 (175 a 126) la ventaja que le lleva como líder del campeonato cpn Checo Pérez (129) entre ambos. Es casi la misma (46) que Leclerc le había sacado a Max luego de las tres primeras carreras cuando muchos ya imaginaban al monegasco y a Ferrari como los futuros campeones Por eso con 13 Grandes Premios por delante nada puede darse por decidido