“ESPERO QUE ESTE NO SEA MI ÚLTIMO AÑO EN EL MUNDIAL”.
Esta era la expectativa de Valentino Rossi en la antesala del inicio, con 42 años, de su 26ta. temporada en el Campeonato Mundial de Motociclismo. Un inicio que lo veía afuera del equipo oficial Yamaha pero como integrante del Petronas Racing SRT, una estructura satélite de la marca japonesa con menos integrantes pero con el mismo nivel de atención. Un dato no menor
Lo sucedido en las dos fechas iniciales en Qatar distó de mostrar al Valentino que muchos querían ver en el relanzamiento de la imagen de gran campeón que exhibió durante tantos años. Terminó en ambas carreras pero 12° y 18°, sin sumar puntos, lejos de los líderes, pero lo más pobre lo entregó en las pruebas de clasificación de la segunda carrera en el circuito de Losail con su 21er puesto, su peor ubicación en una grilla en los últimos ¡21 años! Todo esto mientras las Yamaha oficiales de Maverick Viñales y Fabio Quartararo se repartían los triunfos y Rossi repetía quejas sobre la poca adherencia del neumático trasero. .
Frente a esta situación no tardaron en potenciarse críticas que hasta entonces apenas se habían insinuado. “Valentino me decepcionó a mi y a todos los aficionados al conformarse con llegar y sin sumar puntos. Antes era difícil encontrarlo en una carrera fuera de los puntos (los diez primero) salvo una caída o rotura del motor” largó el excampeón Jorge Lorenzo. Más duro que el español fue otro monarca de la clase mayor como Marco Lucchinelli, campeón 1981 cuando la categoría mayor se denominaba 500cc.
“Tiene que dejarle la moto a un piloto joven. Hace más de tres años que no gana una carrera y el último Mundial lo ganó en 2009. Siempre corrió para ganar, pero ahora corre para terminar. No estoy enfadado con Valentino, pero no para de buscar excusas” descargó el italiano campeón 1981 en época de la clase 500cc.
“Todos pueden opinar y finalmente lo que importa son los resultados. Si puedo ir rápido, todos volverán a subirse a mi carro. Y si no lo logro, seguirán diciendo que me tendría que haber retirado hace años” fue la respuesta inicial de Rossi, quien encontró apoyo en jóvenes colegas como Franco Bagnaia y el actual campeón Joan Mir. Enseguida y recordando su antigua amistad con Lucchinelli, Valentino deslizó un irónico «no entiendo estas criticas, antes cuando éramos amigos me lamía el culo…»
La llegada del ciclo europeo del Mundial (comienza el 18 de abril en Portugal) renueva en Rossi la ilusión de una mejoría. “Hay varios circuitos favorables para mi en Europa y por eso espero esas carreras para recuperarme” anuncia Valentino, quien sin embargo también aclara que “si las cosas no se dan, analizaré que hacer en el futuro…”
En esta última reflexión se encierra esa posibilidad del retiro que Rossi comienza a analizar. Obviamente es una decisión muy personal pero en cuyo destino parecen confluir los hechos actuales con la muestra de esta opaca versión de Valentino que poco agrado le debe causa a sus millones de seguidores en el mundo pero que es una nueva muestra que el paso del tiempo es implacable con todos los deportistas. Y más allá que alguna buena expectiva de Rossi vaya a cumplirse, con un posible podio o triunfo, está claro que su estrella ya no volverá a brillar como en sus mejores tiempos, Por supuesto todo esto no alcanza para eclipsar esa gran figura que es Valentino, dentro y fuera de la pista, por lo realizado durante tantos años y que lo han colocado en un lugar preferencia en la historia del motociclismo mundial. Esto no tiene discusión. Si, es discutible su hasta ahora enconada lucha contra el paso del tiempo.