EN PLENO MEDIODIA de domingo en General Roca, la voz de José Werner sonó clara cerca del box de Renault.
«Vengo a buscarlo a Ortelli…» , dijo sin altisonancias pero con firmeza el inquieto padre del puntero del campeonato de Súper TC 2000, mientras hurgaba con la mirada el interior del box del equipo que comandaVictor Rosso, y sólo encontraba mecánicos trabajando sobre los autos amarillos y negro.
«¿Para qué… ?», preguntó VA, algo preocupado recordando el áspero duelo que Mariano Werner habia mantenido con el Guille, en lo que fue lo mejor del Súper 16 clasificatorio del sábado por la tarde ,e imaginando alguna queja o reproche. Es que estaba tan fresca como el día, la imagen del Súper 8 clasificatorio del domingo con acusaciones y polémicas, un común denominador de esta instancia deportiva del Súper TC 2000 que sería bueno analizar para el futuro.
«Quiero verlo a Guillermo para felicitarlo por la forma en que corrió el Súper 16. Así se corre poniendo todo, pero sin malas intenciones. Se puede y como se vio salió un gran espectáculo. No importa que nos haya tocado perder, lo importante es que le dimos lo que la gente viene a ver en los Súper…», dijo papá Werner, antes de virar hacia el box de Toyota y dejar la felicitación para mejor oportunidad.
Por el equipo de VA