MÁS ESPECTÁCULO QUE DEPORTE.

Por encima de las pérdidas materiales de autos, rotos, especialmente los Alpine, no tendrá un costo Cero, el caótico Gran Premio de Australia. Se intuye porque no han tardado en escuchare las quejas sobre una carrera complicada por tres entradas del auto de seguridad, una del virtual safety car, tres banderas rojas, cuatro largadas y un final con auto de seguridad. Quejas que cuestionan todas estas situaciones por considerarlas parte del show que quiere imponer Liberty Media, la empresa estadounidense dueña de la categoría.

El toque de Sainz a Alonso formó parte del caótico desarrollo del Gran Premio de Australia. El piloto de Ferrari recibió un recargo de cinco segundos y perdió el cuarto puesto.

Paradójicamente uno de los más disconformes con lo sucedido en la pista de Albert Park ha sido Max Verstappen, nada menos que el ganador y quien no fue alcanzado por ninguno de los incidentes. El bicampeón mundial no sólo mostró su desagrado por lo ocurrido en pista sino que también lanzó una advertencia. “No estaré mucho tiempo en la categoría si la Fórmula 1 sigue adelante con carreras como las de Australia y con iniciativas como la reorganización del formato de sprint propuesto para la calificación. Esto no ayuda en mi decisión de continuar mucho tiempo” declaró Max a The Telegraaf. Vale recordar que Verstappen tiene acordado continuar con Red Bull hasta 2028.

Por su parte, Lando Norris habló directamente de la necesidad de armar un show como final de carrera. “Todo el propósito de las banderas rojas está puesto en crear un espectáculo» dijo el piloto de McLaren. Más analítica fue la opinión de Nico Hulkenberg. «Esta carrera va a generar en grandes discusiones» predijo el piloto de Haas, antes de señalar que «desde el lugar de un aficionado y con un punto de vista de entretenimiento, puedes entender completamente esta clase de carreras, pero desde el punto de vista del piloto o del equipo, este estilo de entretenimiento estadounidense a veces es frustrante y también peligroso”.

Superado el susto, Will Sweet. el espectador alcanzado por un trozo de fibra de carbono del Haas de Kevin Magnussen, muestra la herida causada en su brazo.

Sin ser tan crítico, Toto Wolff también aportó lo suyo.»Creo que los reinicios son geniales y, en general, estoy a favor de brindar un buen entretenimiento, pero tenemos que sentarnos y determinar en qué condiciones exactas se interrumpe una carrera y cuándo es con un coche de seguridad virtual, un coche de seguridad y una bandera roja” señaló el director deportivo del equipo Mercedes Benz.

Los medios de prensa, especialmente los europeos, también destacaron y criticaron el estilo estadounidense de la preminencia del espectáculo por sobre el sentido deportivo de la competencia. “Los dueños de Liberty media y de los derechos televisivos se frotaban las manos al ver tanto caos, pero el espectáculo se convirtió en una carnicería. La pregunta que surge inevitablemente ahora es si el espectáculo se colocó deliberadamente por encima del deporte» planteó Andreas Haupt, corresponsal de Auto Motor und Sport. «El espectáculo debe continuar, pero esto no significa que puedas tirar por la borda todo el pensamiento racional” observó el periodista Peter Kohl de Sport1. Por su lado, Flavio Vanetti, enviado de Corriere della Sera acusó al director de la carrera australiana de “no ser el director sino el animador del caos…”

El incierto y sorpresivo final desbordó la paciencia de varios hinchas .Algunos incluso llegaron a invadir la pista. La FIA mostró su preocupación.
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“Desde que los estadounidenses de Liberty Media adquirieron la F1, todo ha cambiado. Y no necesariamente para mejor» disparó Louis Butcher, corresponsal de Le Journal de Montreal. Por su lado,,el veterano periodista Roger Benoit, del diario suizo Blick estimó que «el deporte fue pisoteado por tonterías indignas de un deporte que genera miles de millones y tiene cientos de millones de fanáticos».

“Liberty Media obtuvo lo que pidió” escribió Juuso Taipale en el periódico finlandés Iltalehti antes de cerrar con un comentario que resumió las críticas de la mayoría de los medios. “Los.estadounidenses han convertido el pináculo del automovilismo en un producto en el que el espectáculo es el centro de todo» destaca su artículo.

Tan cierto, como preocupante para la salud del deporte.

 

Fotos: motorsport

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4 COMENTARIOS

  1. Show de los»estadounidenses»?
    Liberty unico culpable de estos desaguisados antideportivos?
    Pero nadie se pregunta que hacen la FIA parisina y los equipos europeos,los dos estan esquilmando a la F1 como nunca antes en la historia.
    Cuanto cinismo suelto.

  2. Si hay algo que lamentar es haberme quedado hasta las 4:40 de la madrugada para ver como terminaba la carrera con auto de seguridad. Por lo demás me resultó muy entretenida porque hubo tensión, drama, frustración y gloria, todos los componentes de una buena historia.

  3. Que Max se vaya de la categoría no me mueve un pelo, con ese auto que denota superioridad ante los demás se va para adelante solito sin nadie que lo perjudique, esto al espectáculo no le aporta nada, lo cual adelante lo hace aburridísimo. Sumado a los berrinches que hace cuando algo no le sale.
    Coincido con lo planteado, por parte de los equipos, sobre el tema del espectáculo, hay que ponerle seriedad a la cosa. Es de no creer que a esta altura del partido la FIA no defina o no tenga definido cuando se debe meter el auto de seguridad. ¿Que estuvieron haciendo todo este tiempo? ¿Se pensarán que los que amamos este deporte somos tontos y no nos ponemos a pensar las boludeces que ellos hacen? En fin muchachos de FIA, ponganse a trabajar y a utilizar esas neuronas para por lo menos no faltarle el respeto a los que gustan del deporte.

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