SE DIO LO ESPERADO.
Los grandes campeones no suelen desaprovechar las oportunidades. Sin dudas que Max Verstappen es un gran campeón. Por eso no dejó pasar esa gran chance de sumar su victoria número 40 y ampliar su ventaja al frente del Campeonato Mundial de Fórmula 1 que se le abrió tras las pruebas clasificatorias del Gran Premio de España con su contundente pole y la mayoría de sus principales rivales retrasados en la grilla en un circuito como Montmeló donde de los sobrepasos son complicados. Sólo el segundo lugar de Carlos Sainz con la Ferrari constituía cierta amenaza.
Se diluyó enseguida esa alternativa y tras superar la siempre complicada curva inicial, Max y su Red Bull comenzaron a escribir la historia imaginada. Se mandaron a mudar con una constante e implacable marcha que derrumbó, si es que en algún momento existió, la esperanza de un duelo por la victoria.
Sainz lidió con la inconsistencia de los distintos tipos de neumáticos que calzó su Ferrari, Fernando Alonso, el “cuco” de Mónaco, nunca encontró el ritmo adecuado en el Aston Martin y Sergio Pérez, bastante tuvo con avanzar desde el 11° lugar de partida al 4°. Consecuencia: un Verstappen que giró en solitario y disfrutando de un auto al que definió como “un placer manejarlo” ¿Qué otra cosa podía decir después de este paseo veloz que además de su triunfo número 40 le dio el tercer Chelem (pole, triunfo de untra a punta y récord de vuelta) de su campaña.
Sólo los renovados Mercedes Benz con Lewis Hamilton y George Russell insinuaron en algún momento un acercamiento, rápidamente controlado por Max. Recién en el podio los pilotos de Toto Wolff vieron de cerca a Max. Una imagen que tal vez marque lo que le espera a esta Fórmula 1 como nueva alternativa para, al menos, complicar esta arrolladora marcha de Verstappen y su Red Bull rumbo a su tercer titulo consecutivo .