DOS TIPOS AUDACES.
Tan tentadoras como muchas veces inapropiadas, son las comparaciones. Igual ante la reiteración de los choques entre Max Verstappen y Lewis Hamilton no es fácil resistir la atracción de compararlos con el duelo más grande y feroz que tuvo la historia de la Fórmula 1. Aquel recordado que a fines de los 80 y principios de los 90, protagonizaron Ayrton Senna y Alain Prost.
Esta tentación a las comparaciones puede entenderse por el lado de un duelo que enfrenta a dos tops en busca del mismo objetivo. En el caso de Verstappen-Hamilton, con el agregado de la repetida historia del experimentado y múltiple campeón frente al ascendente joven hambriento de gloria. En ambos casos, con el común denominador de luchas de seres egoístas, ambiciosos y orgullosos como generalmente son los campeones, dispuestos a no resignar nada en pos de sus objetivos.
Aquel enfrentamiento Senna-Prost tuvo en sus instancias más recordadas algo que hasta ahora no se ha reflejado, al menos claramente, en el Verstappen-Hamilton: premeditación y alevosía. Dos actitudes que aplicó Prost en el Gran Premio de Japón 1989 para arteramente cerrar su línea para provocar el toque de Senna en busca de un abandono mutuo que lo consagraba campeón. Con paciencia, Ayrton esperó un año para tomarse venganza y en el mismo Suzuka no dudó en chocar deliberadamente a la Ferrari del francés antes de llegar a la curva inicial. Ambos quedaron fuera de carrera y el titulo volvió a manos del brasileño. Estos son dos episodios no tratados profundamente a la hora de analizar los verdaderos méritos de esos títulos logrado por Prost y Senna. Se avalan esas acciones más de lo que se las critica.
Por el momento hay otras características en los ásperos choques entre Verstappen y Hamilton. No se ve intención de provocar accidentes sino que prevalece en cada parte el deseo de marcar el territorio que desea invadir su rival y no ceder ni un centímetro. Esto en una competencia con tanta paridad alcanza un punto donde esas actitudes impulsadas por un alto sentido de agresividad se cruzan y ahí vienen los choques. Se vio en el primer golpe de Silverstone, donde Lewis decidió no levantar en la veloz Curva Copse y el Red Bull de Verstappen terminó estampado contra las vallas de contención. Se notó en la curva inicial de Monza, cuando Max prepoteó sin medir riesgos para ganarle la cuerda a Lewis y terminó pasando por encima del Mercedes Benz con su goma trasera derecha rozando el casco del campeón.
Nadie puede saber hasta dónde escalará la violencia y agresividad de estos duelos y si junto con las instancias decisivas llegará la premeditación y alevosía que signaron los enfrentamientos entre Senna y Prost.«Vamos en ese camino y depende de la FIA poner un límite» advierte el ex piloto de Fórmula 1. Por el momento la sanción más dura (anteriormente hubo 10 segundos de recargo a Hamilton por el toque de Silverstone) la ha recibido Verstappen con las tres posiciones que deberá retroceder en la grilla de la próxima carrera en Rusia.
“Max Verstappen no estaba apareado por Lewis Hamilton. Su intento de adelantamiento fue tardío y arriesgado provocando una colisión evitable” explica el comunicado oficial de los comisarios deportivos. ”Espero que esta sanción sirva sentar un importante precedente para la seguridad de la Fórmula 1” destaca Hamilton Por su parte Michel Masi, director de carreras de la Fórmula 1 estima que “no hay razón para que la FIA intervenga en la intensidad del duelo” anticipa que “continuaremos analizando cada accidente por separado” y aclara que “debemos centrarnos en que estamos frente a una batalla con los dos mejores pilotos del mundo”
¿Y qué dice Ross Brawn, el responsable deportivo y el mismo que a principios de temporada pronosticó estos duros enfrentamientos «No ha cambiado la dinámica entre ellos. Tenemos los gallos en un mismo corral y estamos viendo las consecuencias. No creo que ninguno de los dos se eche atrás en lo que resta de la temporada, pero espero que el campeonato se gane en pista y no en las barreras de contención o en las salas de comisarios» asegura y desea Brawn.
Ojalá. No merece este duelo por el campeonato tener el mismo fin que tuvieron los que libraron Senna y Prost.