SIMPLES MARIONETAS
Esos son los pilotos de la Formula 1, especialmente los que buscan acomodarse y consolidar o ganar una butaca. Desde distintos lugares, inquietos, astutos e interesados titiriteros los mueven a su antojo, sin importar que dentro de cada antiflama hay un ser humano con sueños e ilusiones.
Ahí está por ejemplo el ascendente y promocionado Carlos Sainz, finalmente ubicado en el reciente Gran Premio de Estados Unidos en el equipo Renault en lugar del devaluado Jolyon Palmer. El inglés venía resistiendo desde hace un par de Grandes Premios con el argumento de “tengo un contrato hasta fin de año y voy a cumplirlo…” De poco sirvió, ante intereses superiores que, más allá de la mayor capacidad conductiva de Sainz sobre Palmer, apuntan a asegurar un sucesor español de Fernando Alonso en la Fórmula 1.
Emblemático en este “manoseo” de pilotos es Toro Rosso, el equipo B de Red Bull, y escala inicial en el primer nivel de los avanzados integrantes de Programa de Pilotos Jóvenes manejado con tanta dureza como frialdad por el doctor y ex piloto Helmut Marko. Un programa que proyectó algunos jóvenes como Vettel, Ricciardo y Verstappen, pero que frustró a mucho más como Liuzzi, Alguersuari, Buemi, Bourdais, Vergne y Speed.
El ruso Daniil Kvyat (foto de apertura con Helmut Marko) es el último caso. Sin vueltas se lo reemplazó en Malasia por el debutante francés Pierre Gasly. pero de la misma manera se lo volvió a convocar para Austin, cuando Gasly debió volar a Japón para jugar su posibilidad de salir campeón en al SuperFórmula nipona, algo que no concretó porque un tifón motivo al suspensión de la carrera y Gasly perdió el título por medio punto. Lo que no perdió fue su asiento en Toro Rosso, que recuperará este fin de semana en México ante la nueva salida de Kvyat. El ruso ni siquiera fue considerado para la otra butaca de Toro Rosso que dejó libre Sainz y que en Austin ocupó el debutante Brendon Hartley, el mismo que había sido eyectado del Programa de Pilotos Jóvenes en el 2010 porque sus actuaciones no conformaron…
“Durante estos años ha madurado conductivamente” fue la explicación de un inmutable Marko al confirmar al rubio Hartley hasta el final de la temporada.. Al mismo tiempo, el austríaco cerró totalmente a Kvyat las puertas para un futuro regreso a Toro Rosso con un terminante y durísimo “no creo que Kvyat pueda volver a correr con nosotros en el largo plazo… En nuestro equipo, la Fórmula 1 se acabó para él…”
Te pongo y te saco, te saco y te pongo Asi son lo manejos de la Fórmula 1. Lamentable pero real.
Por M.S.
Fotos:motorsport.com