RAFAELA NO FUE RAFAELA

QUE LÁSTIMA

Si un final de carrera con auto de seguridad deja un sabor a nada en cualquier circuito, ¿qué se puede decir de una carrera que en ese Templo de la Velocidad que es el Autódromo de Rafaela, termina con auto de seguridad como finalizó la 5ª fecha del Súper TC 2000? Una verdadera herejía para los  amantes de automovilismo, y para la tradición del circuito santafesino.

Tampoco merecía ese final de acelerador controlado, el espléndido trabajo con el que Facundo Chapur acompañó y aprovechó esa “flecha” que según dijo, con su extravertido estilo, fue el  Citroen C4 Lounge, que le permitió sumar su tercera victoria en la categoría y la segunda en la temporada. Una flecha inaccesible para sus rivales, tanto en la clasificación como en la carrera sabatina y en la final. El cordobés supo llevarla a puro acelerador, pero también con criterio como muestra que está en esa maduración que necesita para instalarse en la galería de los principales pilotos del automovilismo nacional.

Si bien posiblemente nada hubiese cambiado, como reconoció su escolta Emiliano Spataro (“No tenía para pelearlo a Facu”), habría sido lindo ver un final pura velocidad. No pudo ser porque los distintos golpes y choques motivaron la entrada de tres autos de seguridad y esto agotó el tiempo máximo (50 minutos) previsto como alternativa a las 27 vueltas. Quedará para otra vez, o para cuando cambien los parámetros organizativos de la categoría que, priorizando las exigencias televisivas comprimen los horarios e impiden otras alternativas deportivas frente a imprevistos que son comunes en las carreras de autos.

Ese final con auto de seguridad cerró un paso del Súper TC 2000, que lejos estuvo de los atrayentes espectáculos que siempre se aguardan de este circuito histórico, aunque detenido en el tiempo en su infraestructura. Faltó lucha por la punta, algo imperdonable en Rafaela, y sobraron incongruencias y problemas, como además del caso del parabrisas de Agustín Canapino (mirá nota aparte) fue la confusa situación sobre la pole de Chapur, y la detención premeditada de siete autos en plena clasificación para impedir que sus rivales aprovechasen la succión.

Tampoco dio el esperado resultado el promocionado cambio de dibujo de la primera chicana. Se lo hizo “para mayor seguridad y para mejorar el  espectáculo” y no hubo ni una cosa ni la otra. “Llegamos a 300 Km/h,y en 150 metros tenemos que frenar y bajar a a 80 Km/h”, repitieron los pilotos como queja. ¿Por qué no la explicitaron antes? sobre las altas exigencias que tenían las gomas, y que se vieron reflejadas en varias roturas que llevaron a decir a algunos pilotos, entre ellos Facundo Ardusso que, “al final de cuentas era más seguro correr en el óvalo”. Precisamente el campeón fue perjudicado por uno de esos golpes, al ser chocado por el Toyota de Matías Rossi luego que el Corolla rompiese la goma delantera derecha a 280 Km/h según estimó Matías. “Esperaba otra maniobra para evitar el choque de un piloto del nivel de Matías”, le confesó a Visión un contrariado Ardusso que debió abandonar luego de  varias fechas pero no perdió el liderazo del campeonato. Para el Misil fue el segundo golpe fuerte consecutivo. A diferencia del que se dio el domingo anterior en el TC en Concordia, salió sin lesiones.

-publicidad-

Tal vez luego de este paso en falso, llegue en el mejor momento la pausa de 49 días que para no superponerse con el Mundial de Fútbol abrió el Súper TC 2000. Deberá aprovecharla para un análisis serio y sincero de errores, en Rafaela  se notaron más porque fue en una de sus carreras clásicas y más esperadas. Y la categoría no cumplió con esas expectativas especiales.

Fotos: Prensa Súper TC 2000

-publicidad-