GRAN FAVORITO
Lewis Hamilton no podía pedir mejor escenario para su primera chance de asegurarse la quinta corona de la Formula 1. Una chance que el fin de semana tendrá en el Gran Premio de Estados Unidos, el mismo que el inglés ganó 6 de las 7 veces que lo corrió. La primera fue en el 2007, el año de su debut en la Fórmula 1 y la última vez que la categoría corrió en el trazado mixto de Indianápolis.
La pausa que hizo la carrera estadounidense en el calendario hasta el 2012 no disminuyó la efectividad del inglés quien con otra victoria sobre un McLaren impuso su nombre como el primer vencedor en el moderno circuito de Austin. Fue el comienzo de una serie de festejos que se repitieron en 2014, 2015, 2016 y 2017, pero ya sobre un Mercedes Benz. La excepción se dio en el 2013, con su cuarto puesto y la victoria de Sebastian Vettel con un Red Bull. Casualmente es Vettel, pero ahora sobre una Ferrari, el único que puede complicarle a Hamilton el camino a una nueva corona. Es difícil porque lo separan 67 puntos con 100 en juego, pero por ahora no es imposible.
Está claro que ganar en Estados Unidos es casi una costumbre par Lewis. De repetirla sin que Vettel sea su escolta se asegurará el título con tres fechas (México, Brasil y Abu Dhabi) por disputar. Esta es la opción más directa aunque hay otras en la medida que Hamilton estire en 8 puntos su diferencia sobre el alemán y llegue a los 75, los mismos que quedarán juego. Sin embargo por más que Vettel gane los tres Grandes Premios restantes y Hamilton no sume ni un punto, el inglés será campeón en la igualdad por su mayor cantidad de victorias.
Una buena primera noticia para Hamilton en Austin fue la decisión de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) de considerar legal las llantas traseras, los frenos y la suspensión trasera de los Mercedes Benz. Estos elementos habían sido cuestionados pro Ferrari con el pedido de su prohibición.
No hay dudas entonces que Hamilton es el gran candidato, y que, más tarde o más temprano, disfrutará de su quinta coronación.