“¿Y AL FINAL QUIÉN GANÓ?”.
Tan repetida como lógica era la ansiosa inquietud de los periodistas en la amplia sala de prensa de Viedma, cuando al tiempo que avanzaba la calurosa tarde, se acumulaban los cuestionamientos y las dudas sobre lo visto en pista un rato antes.
Así al inicial “Todino (ganador y Landa (3°) están afuera en el TC Pista e Iribarne queda primero”, se agregaron ya sobre lo entregado por el Turismo Carretera el incierto “habrá que ver qué pasa con Ardusso (2°) y Santero (3°)” , y enseguida el “ojo también con el ganador Werner…”. No daba para los chistes que no faltaron entre tanto desconcierto, porque las dudas involucraba a 5 de los 6 integrantes del podio, de las dos categorías que abrieron sus campeonatos en el circuito sureño.
Finalmente la “bomba” que nadie quería escuchar detonó con la confirmación de la desclasificación de Werner, por no respetar la medida reglamentario el carburador en el motor del Ford, atendido por Rody Agut. El mismo preparador que trabaja en el auto de Julián Santero, el otro Ford que como el de Werner está bajo la infraestructura del flamante Memo Corse de Alejandro Occhionero (se hizo cargo de la situación y asumió la responsabilidad, a la vez que dejó abierta la puerta a decisiones importantes), y que sin embargo pasó sin problemas la revisión técnica… Esto le permitió quedar como escolta de Facundo Ardusso, el definitivo ganador, y el mismo que desde el viernes veía como inalcanzable al Ford de Mariano. No era único.
Comprobar que lo que se había visto un rato, antes no se correspondíó con la realidad fue una de las situaciones que más molestan e indignan al ser humano. Es que lo hace sentirse burlado, desairado, poco respetado. Suele ocurrir en el automovilismo con carreras. y hasta campeonatos que se definen en las revisiones técnicas. Y en estos casos esas molestas sensaciones alcanzan distintos niveles de protagonistas. Para empezar al público, que paga una entrada, aguanta el calor o frio, se banca una carrera lineal como fue la de Viedma, y al llegar a su casa se entera que no ganó el que había visto festejar sino que resultó otro. Una situación chocante y que no es precisamente la mejor invitación para volver a un autódromo.
Para seguir los cambios molestan al nuevo vencedor, que siente la indignación que fue derrotado por alguien que no jugó con sus mismas cartas reglamentarias, y también porque si bien finalmente se quedó con el trofeo mayor, se vio privado del festejo original ese mismo donde puede descargar sus genuinas emociones. Esto sin contar ese toque al orgullo que es haber sido declarado ganador, pero sin terminar primero en la pista. Lo refleja la conocida frase para casos así, “a nadie le gusta ganar así”, repetida por pilotos que pasaron esas situaciones.
También, y más allá de la entendible bronca y frustración, esa sensación molesta alcanza al vencedor sancionado. Es que por encima de su grado (mucho, poco o nada) de responsabilidad en la falta reglamentaria, ve que todo lo que se esforzó y arriesgó en la pista, lo mismo que todo su festejo, como Werner hizo arengando a la hinchada de Ford, no sirvió más que para tener en alta exposición ante el público y sus patrocinantes. Si buscaba algo más se sentirá defraudado.
Todo esto no significa estar en contra de las revisaciones estrictas. Por el contrario, bienvenidas sean por encima de cantidad e importancia de los nombres en juego. Si, ante la gravedad de las faltas, especialmente aquellas premeditadas, sugiere ir más allá de la simple desclasificación y endurecer las sanciones con fuertes multas y/o suspensiones, tanto como para desalentar a los picaros que con el conocido “si pasa, pasa…”, se atreven a traspasar las fronteras del reglamento. A veces pasan sin problemas, en otras pasa lo ocurrido en Viedma, donde lo que se vio en pista no fue lo real, por lo que quedó un sabor amargo a todos, más allá de que hayan perdido o ganador.
El respeto a todos merece que siempre lo que se vea en las pistas, sea lo verdadero. Por respeto al público y todos los protagonistas. No es fácil lograrlo pero tampoco imposible. La ACTC tiene la palabra.
Fotos: Prensa ACTC.
Agut con dos autos excluídos?
Uno en cada categoría?
Corresponde una suspensión definitiva como motorista habilitado por la ACTC,así como tambien su ingreso a los autódromos en competencias fiscalizadas por la misma.
Muy buena nota. La ACTC tiene la palabra. Pero no llama la.atención que rápido anda siempre la.Chevy de Mazzaccane.?? Es el unico auto de la marca que anda en punta en todas las carreras. No hay ptra Chevy atendida.por los Jakos?? Porque será??
Coincido con Marcos, hace mas de 1 año que la chevy de Gaston tiene una performance llamativa con respecto a los otros chevrolet. El año pasado tambien paso con la chevy de urcera, que era muy contundente y ohh casualidad despues de que Alberto Canapino encontro «cosas raras» en la gomeria de NA del autodromo dejo de funcionar…la de Gaston en cambio sigue andando «fuerte»….porque no hablan de lo que ocurrio en la gomeria el año pasado entre Canapino y otros tecnicos y la gente de las gomas oficiales? porque sigue suspendido Alberto? si no se juzga a todos por igual van a seguir pasando estas cosas.