¿CORRER HASTA CUANDO UNO LO SIENTA, AUNQUE TE PASEN COMO PARADO Y TIRES A LA BASURA LOGROS Y TU BUEN NOMBRE Y HONOR?

 

El Dakar reaviva la cuestión.

Allí tienen a tres grandes veteranos del rally. Carlos Sainz sr. (61 años), Stephane Peterhansel (60) y Sebastian Loeb (49), disputándose el favoritismo en una nueva edición del sanitizado Dakar de Arabia Saudita. Está bien que es una carrera intensiva y que el esfuerzo es extremo pero de reducida duración -dos semanas a lo sumo- y que no sería lo mismo para estos sugar daddies del desierto correr un campeonato completo, con asiduidad y exigencia, pero allí estaban los tres entre los primeros. Lo mismo puede decirse de quien se autotitula “el Messi del Dakar”, el príncipe qatarí Nasser Al-Attiyah (53 años).

El tema se reavivó con la reciente desgracia sufrida por el brasileño Gil De Ferran, quien conducía un karting en una carrerita privada en un suburbio de Miami, cuando comenzó a sentir dolores en el pecho. Se detuvo en los boxes, perdió el conocimiento y no pudo ser reanimado, De Ferran, nacido en París (Francia) en 1967, tenía apenas 56 años.

Juan María Traverso, el Flaco, actual presidente de la Asociación Argentina de Volantes (AAV), compitió hasta los 55 años, como los fanáticos argentinos bien recuerdan. Se retiró en 2005, cuando en una mañana en Olavarría a poco de subirse a su Torino de TC para correr la primera serie, descubrió que ya no tenía más voluntad para seguir compitiendo. Hacía por lo menos un par de temporadas que el Flaco había dejado de pelear campeonatos, de ser extremadamente competitivo. Lo suyo fue una excepción. Digna de un piloto excepcional, como lo era. El año que viene se cumplirán 20 años de su retiro y ojalá que lo tengamos mucho tiempo entre nosotros.

Como era un caso excepcional, no se replicó. El Gurí Omar Martínez compitió durante 2023, con 57 años, y fue competitivo en una disciplina no demasiado exigente. La categoría TC Pick Up, por naturaleza, no poseen la velocidad en curva de un TC, y el entrerriano dejó de competir en la máxima categoría del automovilismo argentino en 2019, cuando solo disputó una carrera. Su despedida estuvo envuelta en la polémica -una vez que lo encontraran culpable de utilizar un motor antirreglamentario en 2016- pero también había dejado de ser competitivo: campeón en 2015 (a los 49 años), 27° en 2016, 21° en 2017…

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Otro caso paradigmático ha sido el de Guillermo Ortelli, que ya cumplió 50 años y ha coqueteado con el automovilismo hasta no hace mucho, después de su inentendible regreso para incursionar en TC Pick Up, luego de su multitudinaria y recordada despedida en Turismo Carretera en La Pampa 2022. Ganó el último de sus siete títulos de TC en 2016, cuando tenía 42 años. Continuó corriendo seis años más, hasta 2021, cuando ya tenía 48, sin poder ganar nunca más. Algunos de sus rivales lo veían cansado al volante, lo desafiaban, intuían que ya no era el Guille de las grandes jornadas, el que no dejaba hueco por facturar. Desde 2017 en adelante acabó 12°, 6°, 13°, 24° y 41° en los torneos de TC. Su último triunfo data de 2016, el año del séptimo campeonato.

Se puede correr de grande pero el ritmo más exigente del automovilismo -sprints formidables, calendarios largos- vuelve más dificultosa la competencia. Competir mano a mano. Establecer la posibilidad de ganar o perder. En la actualidad se advierten procesos similares en pilotos que hace una década eran los top del automovilismo argentino, como Matías Rossi (el 2 de abril cumple los 40 años) o José María López (40), que quizás hayan ingresaron en la fase declinante.

¿Por qué eso no ocurre con algunos campeones de la Fórmula 1? Ahí se ve los casos flagrantes de Fernando Alonso, quien con 42 años subió ocho veces al podio en 2023; o Sir Lewis Hamilton, de frescos 39 años quien no solo hizo seis podios el año pasado, sino que fue tercero en el campeonato, y en el global, superó a su compañero George Russell, 13 años más joven. (La comparación de Alonso con su compañero Lance Stroll es ociosa…)

En la F-1 se produce un fenómeno particular y muy interesante. Los cambios en materia de seguridad que se produjeron en la últimas tres décadas, con la trágica muerte de Ayrton Senna como eventual disparador, modelaron una categoría de altísimo nivel de ausencia de riesgos, aunque no absoluta, como lo prueba el pavoroso accidente de Romain Grosjean en Bahrein 2020.

Gran Premio de Canadá de F-1 en Canadá, junio de 1983. Figuras de entonces, acercándose a la veternía. Rene Arnoux ganador, escoltado por Eddie Cheever y Patrick Tambay en el podio (Foto gentileza LAT Images).

Desde 1994 para acá, los accidentes terribles en F-1 se cuentan con los dedos de la mano, casi todos sus protagonistas sobrevivieron (la excepción fue Jules Bianchi). Y eso permite que la longevidad, si va a asociada a una concienzuda preparación física, no sea impedimento para la competencia. Si se dispone del talento, claro.

Rubens Barrichello, por ejemplo, debutó en 1993 y se retiró en 2011. Corrió 323 Grands Prix a lo largo de 19 temporadas ininterrumpidas. Hasta Senna, cualquier gran piloto corría a lo sumo diez u once temporadas. La seguridad prolongó sus carreras: Alonso puede llegar este año a los 400 GGPP.

El caso de Max Verstappen puede resultar una marca absoluta. Debutó en F-1 a los 18 años y, si tuviera voluntad de hacerlo, podría correr 15 o 16 temporadas más, hasta 2040. Podría estirar hasta 25 o 26 la cantidad de campeonatos en los que intervendría, y retirarse con 43 años, la edad con la que Alonso tomará parte del Mundial 2024. Max ya tiene 185 Grands Prix en su haber: ¡Podría superar los 700 Grands Prix disputados!

Hamilton viene de capa caída, ya que no gana hace más de dos años: ¿perdió competitividad como, en otro plano, el Gurí o Guille? Mercedes no le ha proporcionado un coche vencedor en 2023, pero, ¿qué ocurriría si con el W15 peleara el título venidero? Sentirse a tiro de un octavo título mundial, lo que supondría un desempate definitivo con Michael Schumacher, podría mostrarnos cuánto brío le queda realmente en el cuerpo.

Aún en una especialidad no tan tecnológicamente avanzada como IndyCar -siguen usándose los coches estrenados en 2012- ni tan segura como la F-1, algunos veteranos siguen haciéndose sentir. No es el caso de Helio Castroneves. A los 48 años fue a buscar su quinto halago en las 500 Millas de Indianápolis (su última victoria allí databa de 2021), y solo pudo terminar en el 15° lugar.

Pero Scott Dixon, subcampeón 2023, ganó tres carreras en la pasada temporada, con 43 años, y el australiano Will Power, que acabó séptimo en el torneo, corrió con 42 años.

Sin embargo, en el top 10 del torneo 2023 encontramos cuatro pilotos sub-30 años: el campeón Alex Palou (26), Pato O’Ward (24), Christian Lundgaard (22) y Colton Herta (23). Scott McLaughlin terminó tercero con 30 años…

Un ejercicio similar en Turismo Carretera -solo a título ilustrativo, sin pretender la comparación- muestra lo siguiente con los integrantes de la Copa de Oro 2023:

  1. Mariano Werner: 34 años
  2. Germán Todino: 23 años
  3. Julián Santero: 30 años
  4. Santiago Mangoni: 34 años
  5. Juan Martín Trucco: 36 años
  6. Marcos Landa: 22 años
  7. José Manuel Urcera: 32 años
  8. Jonatan Castellano: 38 años
  9. Christian Ledesma: 47 años
  10. Valentín Aguirre: 27 años
  11. Mauricio Lambiris: 36 años
  12. Gastón Mazzacane: 48 años
  13. Juan T. Catalán Magni: 24 años
  14. Nicolás Trosset: 31 años
  15. Matías Rossi: 39 años

La mayoría se encuentra en la franja que va de los 30 a los 40 años. Únicamente Ledesma y Mazzacane corrieron con más de 40 y no pudieron ganar. No hubo ni un Fernando Alonso ni un Scott Dixon en TC. Lo interesante es que en la Copa de Oro se hicieron más fuertes, cuatro pilotos con menos de 30 años, siendo que la estructura actual de ascenso de la ACTC provoca que unos casos excepcionales lleguen muy jóvenes al Turismo Carretera. Ya no es como en 1971, cuando el Flaco Traverso decidió debutar en el automovilismo a los 21 años y de una en el TC…

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