A ESPERAR LA PRÓXIMA.
El territorio árabe no ha sido desde su aparición en el Dakar muy propicio para Stephane Peterhansel, como anteriormente lo habían sido las geografías africanas y sudamericanas por donde transitó la famosa competencia y donde con sus reiterados triunfos, primero en motos y luego en autos, el francés se ganó justicieramente el apodo de Monsieur Dakar.
Sólo una vez 2021, desde que en 2018 el Dakar desembarcó en tierras árabes, Peterhansel pudo revalidar ese título. En las restantes debió ver como sus grandes rivales, el qatari Nasser Al Attiyah (2019-2022) y el español Carlos Sainz (2018-2020) se repartían los festejos.
En ese duelo ya habitual estaban los tres en esta 45ta. edición cuando llegó el Km 212, de la acortada (358 Km) 6ta etapa que unió Ha´ll con Riyadh. El kilómetro fatal para los Audi, de Peterhansel y Sainz. En gran remontada Stephane había desplazado de la punta a Al Attiyah y llegaba allí como líder. No fue tan lejos como pretendía porque el paso por las dunas derivó en una fuerte caída del Audi RS Q e-tron que terminó con algunos daños. No fueron suficientes para impedirle continuar la marcha pero a los pocos metros se detuvo ante lun leve mareo del piloto francés y los fuertes dolores en la espalda que acusaba su copiloto Eduard Boulanger. Eran tan fuertes que obligaron a su traslado a un hospital de Buraydah. Esto decretó el abandono de Peterhansel y sus despedida al objetivo de sumar su 15ta. victoria. Con 57 años dispone de tiempo para revancha, si hay motivaciones y salud, recordando que Sainz tiene 60.
Similares características pero distintas consecuencias tuvo el accidente de Sainz. Resultó independiente del de Peterhansel, algo que desactivó versiones de un posible toque entre ambos que circularon en el campamento de Riyadh. Y en cuanto a consecuencias, no las hubo para los físicos de Sainz y su navegante Lucas Cruz pero en cambio se dañó bastante la estructura del Audi. Demandó varias horas su reparación con el consiguiente retraso y la decepción para el español de ver esfumarse la chance de su cuarto triunfo en el Dakar.
Todo pronóstico es arriesgado en una carrera tan cambiante y abierta a distintas alternativas como el Dakar. Por eso, con la mitad de la carrera por correrse, es apresurado anticipar que con el abandono de Peterhansel y los retrasos de Sainz, y Al Rajhi, el qatarí Al Attiyah tenía otro Dakar en el bolsillo más allá que aventaja por 1h6m50s a su compañero y que otros dos Toyota (Lucas Moraes y Giniel de Viliers) completasen el cuarteto de Toyota en punta. Las carreras terminan cuando se baja la última bandera, lo sabés…
fotos:dakar.com