SE FUE EL ÚLTIMO SOBREVIVIENTE.
“Si tuviese que elegir dos pilotos para un equipo propio de Fórmula 1, esos serían Jim Clark y Tony Brooks”
Esta opinión que Stirling Moss sostuvo durante muchos años tras su retiro, es el mejor elogio a la figura deportiva de Charles Anthony Standish Brooks, tal su verdadero nombre, fallecido a los 90 años. Era el último ganador sobreviviente de la década del 50 en el Campeonato Mundial de Fórmula 1.
Nacido en Dukinfield, Inglaterra, el 25 de febrero de 1932, su época de mayor esplendor coincidió con el brillo de otros pilotos ingleses como Peter Collins. Mike Hawthorn y el propio Moss. Esto eclipsó el verdadero valor de su figura, junto a la forma semiprofesional con la que encaró el automovilismo, ya que Brooks alternaba su actividad en las pista con su profesión de dentista. Prueba de ello es la forma cómo contaba el momento en que recibió el llamado para debutar en la Fórmula 1 “Estaba estudiando y me llamaron. Dije distraídamente que sí y colgué el teléfono“,
Todo esto no le quitó méritos a una campaña que entre Gran Bretaña 1956 y Estados Unidos 1961 comprendió pasos por BRM, Vanwall, Ferrari y Cooper. Largó apenas 38 Grandes Premios, pero contabilizó 6 victorias con un porcentaje de efectividad (15,79 %) superior al de varios campeones mundiales, incluso hasta el que actualmente tiene Max Verstappen (15,19%). Brooks estuvo cerca del título en 1959 (temporada de 2 de sus 6 victorias) pero Jack Brabham le impidió esa satisfacción por apenas 4 puntos.
Preocupado por la seguridad en una época en que los pilotos no solían medir riesgos, Brooks decidió retirarse los 29 años sensibilizado por las muertes de varios colegas. Tenía mucho para dar en las pistas pero prefirió colgar el casco, dedicarse a sus negocios personales y disfrutar de la vida. Tuvo la fortuna de hacerlo hasta los 90 años, coincidentemente la misma edad en la que también Stirling Moss se transformó en recuerdo.