UNA MÁS PERO DISTINTA.
No por esperada dejó de tener su mérito esta nueve pole de Agustin Canapino. Es que no la hizo sobre un Turismo Carretera, ni en un TC 2000, las categorías en las que compite este año. Fue sobre un Top Race. Una categoría en la que obtuvo siete títulos y muchas victorias pero no corría desde fines del 2019. Un tiempo de ausencia que sin embargo no disminuyó el buen feeling que el Titán tiene sobre los autos de la categoría.
“Me taladró la cabeza” reconoció Agustin sobre la insistencia de Lucas Guerra para que su amigo fuese su invitado en esta sexta fecha del Top Race con sede en el Villicum sanjuanino. Agustín puso una condición para dar el sí. Que cambiase el Ford habitual por un Chevrolet. Lucas aceptó.
Vaya si valió la pena porque Agustín sacó el tiempo que le permitió al binomio quedar al frente de la clasificación. Su marca fue clave para que en el sistema de suma de tiempos de los dos pilotos aplicadopara ordenar la grilla potenciara el establecido por Guerra y que inicialmente lo colocó en el cuarto lugar. Finalmente la dupla dominante estableció 3m36s 508/1000 y relegó por apenas 026/1000 a otro interesante binomio como el constituido por el titular Marcelo Ciarrochi y un invitado que siempre cumple como Franco Vivian.
“Estoy feliz por este regreso a una categoría que me dio mucho, pero es un regreso sólo por esta carrera” destacó y aclaró Canapino, quien también hizo referencia a otro episodio, pero en este caso poco agradable, como lo fue su exclusión en la carrera de TC 2000 en el Cabalén por no dar el peso mínimo el lestre de su Chevrolet Cruze.
“Fue un error de cálculo y estanos bien excluidos. Es un golpe duro para el campeonato, pero hay que dar vuelta la página para volver más fuerte” comentó con la vista puesta en el futuro y la posibilidad de responder a la invitación de su amigo Lucas Guerra con un triunfo.
