«TENGO UNA DOCENA DE DAKAR…», podrá decir orgulloso en un par de días el francés Stephane Peterhansel.

Con el fantasma de las fragilidades mecánicas del Peugeot en las etapas más recientes que dejaron sin chances de victoria, primero al francés Sebastien Loeb y luego al español Carlos Sainz, Monsieur Dakar prefería ser prudente.

 

El auto de Loeb llegó remolcado a San Juan. Los problemas mecánicos persistieron en los Peugeot y son la gran preocupación de Peterhansel.

«Basta un mal día para que le digas adiós al Dakar…», aseguró Peterhansel, al llegar al campamento de San Juan e instalarse en  una de las amplias carpas individuales que tiene cada uno de los pilotos del León.Sobresalieron en todos los campamentos por su gran tamaño y moderno diseño.

Tranqui Stephane apenas quedaban dos días para que viniera ese mal día, que esperaba ansioso el Príncipe qatarí Nasser Al Attiyah, para festejar su tercera victoria dakariana. Pero fundamentalmente para no tener que tragarse aquellas palabras con las que sentenció que, «no me preocupan los Peugeot porque no pueden ganar el Dakar en su segundo año».

Por el equipo de VA (Especial desde San Juan)

Fotos: Mónica Paz

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