LA MUECA DE MARIANO WERNER, ELOCUENTE.
Hacía unos pocos minutos que Julián Santero le había ganado una pulseada, un mano a mano descomunal. La 20 vueltas, escasas (debería extenderse el recorrido de las finales), dejó la sensación del «deber cumplido», luego de esas carreras siempre esperadas.
Werner tuvo entre sus manos en San Nicolás, como en la anterior en Paraná previa al parate de 40 días de nuevo por la pandemia, el triunfo en sus manos. Apoyado en su gran momento, en la consistencia y alto rendimiento del Ford del equipo del Gurí Martínez, empujado por el motorazo del Rody Agut, es el hombre a vencer en el momento actual del TC.
Y suele ocurrir, todo candidatazo a una victoria en el deporte que elijas, puede toparse con rivales para arruinarle los planes. En Paraná, neto dominador, Werner se topó con Juan Cruz Benvenuti en el Torino y le sopló el triunfo. En San Nicolás la piedra en el camino resultó Julián Santero. Dos rivales, dos festejos muy cercanos diluídos más allá de su posición auspiciosa en el campeonato y el potencial ostentado. De ahí, la mueca de conformismo con sabor a mucho menos de lo aguardado.
«¡Dale Ford!». El podio en San Nicolás.
Mariano, el campeón reinante, en el circuito nicoleño era el candidatazo para la sexta de Turismo Carretera, el circuito anodino sin variantes para habilitar sobrepasos, al entrerriano le cae como anllo al dedo. Los antecedentes recientes no hacen más que corroborarlo. En el segundo paso por San Nicolás, pole, ganador de su serie y primera posición de partida en la final.
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Muy feliz por su gran victoria, una de las más brillantes, Santero meditó instantes antes de bajar del Ford.
«Fue una carrera muy linda carrera, Mariano estuvo a punto de superarme en algún momento, y yo por mi parte quedé al borde de perder la punta en otro”.
«¿La maniobra para pasarlo?, fue terrible y me salió para saltar a la punta. Noo, no la planifiqué, fue improvisada; mi auto traccionó mejor. Después me defendí como pude; resultó extremadamente difícil ganarle a Mariano, pero lo logré. No era el candidatos pero bueno! festejé!».
Resiste Santero, resiste. Werner pegado, más atrás Lambiris.
Sin embargo ¿habrá contado con Julián Santero a su lado en la grilla de largada en el Ford del Memo Corse/Alifraco Sport. El mendocino echó el resto de movida, en el pique pero no le alcanzó. Pasaron unos metros nomás, encaró mejor pisado, estrió unos metros el frenaje en la Horquilla, y al pisar el acelerador para encarar la recta, su Ford alimentado por el motor del regresado Fernando García, pateó apenas mejor al de Mariadno y le birló la punta. Una maniobra según dijo, no planificada, improvisada como brillante, le birló la punta a Werner. Si bien en circunstancias distintas, como Benvenuti en Paraná…
La tarde dominguera ocupada por el TC, debido al prolongado retraso en la programación por la densa niebla matinal, permitió asistir al tremendo duelo entre dos gladiadores como Werner y Santero, vas a coincidir: ofrecieron un espectáculo conductivo de alto nivel.
El campeón exprimió al máximo al Ford del equipo del Gurí Martinez, sus embates fueron a fondo sin excepción. Como respuesta, relució el temple, la solidez mental de Santero en un auto muy rendidor, con la yapa de transitar una pista como se dijo, sin lugares para pasar, lineal, aburrida y demasiado trabada. Y Julián no le dejó resquicio alguno a Werner. Si hubiera habido público, y más aún hinchas de Ford, habrían gritado con todo, además ante el aporte de Mauricio Lambiris, el uruguayo completó el inusual triplete del óvalo en el podio.
Nunca mejor la ocasión, a las copas recibidas como ganador, Santero tomó en sus manos un premio con significado: una estatuillas del Chueco Fangio, entregada por el Museo del quíntuple… Julián completó una de sus carreras más notables, no sólo por la victoria (quinta en TC), además por el nombre y jerarquía de su derrotado rival, Werner.
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Werner, luego del primer puesto perdido en la penúltima vuelta.
“al principio nos superó bien Julián, leugo corrimos 20 vueltas a fondo y no me dio chances. El que viene atrás desgasta mucho el auto y bueno, otra vez se me escapó como en Paraná«.
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Las 20 vueltas depararon más atrás otros pasajes peleados entre varios para superarse, como dos ex-campeones, Christian Ledesma y Agustín Canapino, de Chevrolet. Protagonizaron una frenética pelea aunque por el séptimo puesto, muestra de las improntas propias a la hora de correr, por cada puesto, la entrega. A falta de cuatro giros, el Titán prevaleció al cabo de otra remontadas en una carrera que no se lo vio en la punta, primero superó a los Torino oficiales de Marcos Landa y Juan Cruz Benvenuti, luego a Ayrton Londero hasta alcanzar a Ledesma. También debió esforzarse Lambiris para resistir la presión de Castellano hasta asegurarse el tercer lugar.
Fotos: Prensa ACTC
Seguramente a Werner no le gustó nada perder esta carrera y menos aún la de Paraná. Pero ya tiene la victoria que necesita y si mantiene el rendimiento actual del auto será el principal candidato al título nuevamente.
Sin dudas está pasando su mejor momento conductivo, siendo protagonista principal tanto en TC como en TN.
Saludos.