UN TIEMPO Y UN AUTOMOVILISMO QUE NO VUELVEN MÁS

“Había ganado mi primer campeonato de Turismo Carretera y me invitaron al asado de fin de año que hacían los Finocchio en Coronel Vidal, nos conocíamos de los zonales. Sabía que como ellos atendían las camionetas del campo de Pepe Elicabe, tenían el auspicio para correr en TC. Fui, llegué y me senté en una de las mesas laterales, mirando dónde estaba Pepe, para ver cómo lo encaraba para hablar de un posible patrocinio. La noche fue transcurriendo y en una de esas don Pepe se levanta y se acerca a la mesa en la que yo estaba. Saludó a todos en general y de pronto me clavó la vista y me dijo, sin dudar. ‘Soy José Manuel Elicabe, de Isaura y a partir del año que viene vos vas a llevar nuestra publicidad’. Conseguí sponsor sin pronunciar una sola palabra, sin abrir la boca: me apoyaron desde 1988 hasta fines de 1991, cuando me retiré”.

Oscar Roberto Castellano, el Pincho de Lobería relató su particular anécdota personal en la presentación del libro “Isaura en Automovilismo”, una obra fenomenal que compiló el amigo Estanislao Iacona, y que contó con la investigación periodística del todoterreno Gustavo Arsuaga. Un fabuloso libro de casi 500 páginas, con innumerables fotos a color, que relata la historia de la compañía que tanto apoyó al automovilismo argentino en dos etapas muy marcadas, en los años ’60 y en los ’90, aunque los primeros auspicios datan de los ’30.

A cerca de 100 pilotos los vesretratados en las páginas: son los pilotos que Elicabe eligió para que lo representaran en las rutas y en las pistas: el requisito era que fueran buenas personas… El veterano empresario fue la estrella de la presentación del libro, en el Club de Autos Sport en Victoria (partido de San Fernando), hábilmente secundado por su enérgico hijo Manuel. Con el compartimos los avatares de aquella recordada Misión del TC a las 24 Horas de Daytona, tres décadas atrás, que también tiene su capítulo en la obra.

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La presentación nos permitió volver a conversar con ídolos del TC como Castellano, el Guille Ortelli (ganó en TC el día de su debut, en 1994, a bordo del Ford de Fabián Acuña auspiciado por Isaura), o el Vasco Jorge Oyhanart, quien también contó la manera en la que, sin pretenderlo, consiguió el apoyo de la compañía petrolera para su campaña en TC, a partir de un trabajito en su taller de Pilar, un domingo a la mañana, por el que no cobró un peso. En charla con visión, Oyhanart todavía recuerda la puntualidad de la compañía para abonar el patrocinio después de cada carrera.

Elicabe rememoró su infancia, su amistad con Juan Manuel Bordeu (campeón de TC en 1996 y uno de los primeros pilotos en recibir el auspicio de la compañía), y su vinculación con el automovilismo: “¿Ganamos dinero con las carreras? No lo sé. Sí sé que gracias a ellos vendimos más nafta y pudimos disfrutar de esta pasión”, reconoció el empresario.

Abajo: Froilán González, Juan Manuel Fangio y Carlos Alberto Reutemann; arriba, Pincho Castellano y Pepe Elicabe.

En el libro se evoca a pilotos Isaura como Bordeu, Eduardo “Tuqui” Casá, Jorge Cupeiro, Carlos Pairetti, Carmelo Galbato, Carlos Marincovich o Héctor Evaristo Plano, de la primera etapa de Isaura como sponsor; y los hermanos Finocchio, el Pincho Castellano, Juan Manuel Fangio II, Luis y Walter Hernández, Emilio Salvador Satriano, Fabián Acuña, Eduardo Ramos, el Vasco Oyhanart, Guillermo Maldonado o Jorge Omar Del Río. El Profe quien sólo corrió una carrera con un coche patrocinado por la compañía, también dijo presente esa noche. Personajes como Tulio Crespi, los Lepphaille y el inolvidable Alfredo Parga también son parte de la obra.

Otra anécdota para el final: entre otras entrevistas, el libro incluye una extensa a Walter Hernández, campeón de TC en 1993 y piloto de Isaura en 1994. Me sorprendió la audacia de algunas preguntas, pero esa sorpresa no fue tanta como la que sufrí al descubrir, finalmente, que la entrevista era la que se había publicado en el especial “Campeones del TC” que la revista El Gráfico publicó en 2006, y cuyo autor era yo mismo…

Pese a eso, por supuesto, el libro es una joya. 

(PD: La foto de la apertura es la que tomó Oscar Mosteirin en la vieja sala de prensa del autódromo “Juan Manuel Fangio” del Balcarce, el domingo 23 de junio de 1991, cuando Pincho Castellano ganó la carrera de TC en homenaje al Quíntuple. Con esa foto abrimos la cobertura de esa competencia en la edición 3742 de la revista El Gráfico, nota que escribí y firmé).

 

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