LA HORA DEL RETIRO.
El año pasado fue Kimi Raikkonen, ahora Sebastian Vettel y en un futuro no muy lejano asoma el adiós de Lewis Hamilton. De a poco la Fórmula 1 se va quedando, no sólo sin grandes campeones, sino también sin esos personajes que dentro de una actividad cada vez más tecnológica, frívola y plagada de intereses, rescatan algo de la parte humana con sus diferentes actitudes.
Por encima de la opaca actualidad del Aston Martin, Vettel comienza a los 35 años (nació el 3 de julio de 1987 en Heppenheim, Alemania)i a transitar su adiós de la Máxima (correrá las 10 carreras restantes del campeonato) por la misma puerta grande que allá por 2007 lo recibió como “El Joven Maravilla” Y vaya si hizo honor a semejante calificativo. Sumó puntos en su debut con BMW en Estados Unidos 2007 convirtiéndose en ese momento con 20 años en el más joven en hacerlo, Al año siguiente se estrenó como ganador en Italia y le dio a Toro Rosso sobre una pista mojada su única victoria. Llegó luego la etapa en Red Bull con los cuatro títulos consecutivos (2010-2011-2012-2013) que precedieron a su ingreso a Ferrari. Todo indicaba que la cosecha de coronas aumentaría pero ahí quedó detenida entre los problemas de la Ferrari, política del equipo y algunos errores de Vettel, más el creciente protagonismo de Lewis Hamilton y su Mercedes Benz. Esto no opacó los laureles conseguidos, reconocidos hasta en esta última etapa en Aston Martin donde los podios escasearon y los triunfos faltaron.
Hasta aquí el Sebastian Vettel piloto. Hubo también un Vettell humano. Con esa fresca sonrisa de su juventud que actualmente con algunas arrugas mantiene su espontaneidad y es un clásico en boxes. Un Vettel que es esposo y padre de tres hijos, una combinación familiar poco habitual en la Fórmula 1. Un Vettel que mira más allá de los autos de carrera. Que se interesa por el cuidado del ambiente como lo demostró al finalizar el Gran Premio de Gran Bretaña del año pasado al ponerse a trabajar en la recolección de los residuos y latas que habían dejado los aficionados. Un Vettel que pregona la igualdad de oportunidades por encima de los sexos y razas como hizo con las distintas leyendas que llevó en su casco y que en algún caso le trajo disgustos. Un Vettel que no le escapó a las cuestiones políticas y fue el que hizo punta para no correr en Rusia en desacuerdo con la guerra con Ucrania y quien más mostró su contrariedad por correr en un país como Arabia Saudita, de poco respeto a los derechos humanos.
“Retirarme fue una decisión difícil de tomar. Lo he pensado mucho. Al final del año, me tomaré un poco más de tiempo para decidir qué hacer a continuación. Me encanta este deporte que siempre ha estado en el centro de mi vida. Puedo recordarlo, pero para mí también hay una vida fuera de la pista. Ser piloto nunca ha sido mi única identidad» señaló Vettel tras aclarar que no fue una decisión del momento. “Desde hace tiempo la tenía en mi pensamiento” aclaró antes de agregar que “la Fórmula 1 le ha quitado energía y tiempo a las otras pasiones que he desarrollado, y ya no es compatible con mi deseo de ser un gran padre y esposo. Mi prioridad ha pasado de luchar por carreras y campeonatos a ver crecer a mis hijos. Les transfiero mis valores, los apoyo y los escucho, pero también aprendo y me inspiro en ellos”,
Por todo esto a Sebastian Vettel se lo extrañara dentro y fuera de las pistas. Una lástima que se vayan estos personajes.
CUATRO VECES CAMPEÓN
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