LA HERENCIA DE LA VELOCIDAD.

Tiene muchos casos en el automovilismo mundial. Incluso con ejemplos de padres e hijos que llegaron a campeones mundiales de Fórmula 1, como Graham y Damon Hill y Keijo y Nico Rosberg.

El automovilismo argentino no es la excepción en hijos y hasta nietos que han continuado con la pasión de la velocidad de sus padres y abuelos. Hay muchos casos vigentes y otros en formación. Entre estos último está el que involucra a uno de los apellidos más destacados: Pairetti.

Como buen abuelo, Carlos Pairetti acompaña los primeros momentos de su nieto Santino en el automovilismo con su presencia y el aporte de válidos consejos.

La tercera dinastía de los Pairetti-piloto está marcha con Santino. A los 16 años da sus primeros pasos en la Academia de Pilotos de José Bianchi en el Oscar y Juan Gálvez. Santino es hijo de Tim y nieto de Carlos Alberto, el campeón 1968 del Turismo Carretera con el recordado Trueno Naranja y una de las figuras de la época. Sin tantos pergaminos como su padre, Tim tuvo un paso por el automovilismo con sus incursiones en el Turismo Nacional en los 80 y 90.

Papá Tim Pairetti, Santino en el auto y Mani, hermano de Tim; tío del pibe. Pairettis a full.

 

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Ahora se prepara «Il Bambino» Santino para prolongar una dinastía iniciada por su abuelo, «Il Matto » (El Loco), como lo bautizaron los italianos al verlo manejar con su arriesgado estilo los autos de Fórmula 3 en Europa.

 

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