UNAS 500 MILLAS PARA METERLAS EN UN CUADRITO.

Joseph Newgarden del Team Penske, como en 2023, obtuvo una sensacional victoria en las célebres 500 Millas de Indianápolis, una de las carreras más famosas del mundo cuya edición 108 pagó con creces la entrada.

Así como el mexicano “Pato” O´Ward del Arrow Mclaren, triste, cabizbajo y con lágrimas por la victoria perdida en los últimos metros de las 200 vueltas al cabo de con un definición electrizante, a Agustín Canapino se le pudo escapar alguna lágrima, emocionado, por su extraordinaria carrera que muy cerca estuvo de cerrar entre los 10 mejores. Y no hubiera sido por descarte, sino producto de manejar y administrar su auto apoyado en forma desde los pits por el Juncos Hollinger Racing (JHR).

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Una fiera a 350 km/h. Joseph Newgarden recibe ganador la
cuadriculada en las 500 Millas, luego del infartante final
con Pato O´Ward. La multitud, agradecida (Foto Team Penske)

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Penalizado por exceso en la velocidad en la calle de boxes, Agustín debió parar y salir de inmediato, en el siguiente giro a su última detención para cambiar neumáticos y repostar combustible. Esa detención obligada lo mandó al fondo, luego de haberse topado en la carrera más veloz del mundo, con los nombres más pesados durante parte de las 500.

Saluda Canapino, hizo una carrera tremenda.

Por eso Canapino perdió la enorme y cercana posibilidad de culminar entre los diez mejores en la 108 edición de las 500 Millas. Semejante incidencia, sólo le permitió recuperar escaso terreno hasta culminar 22do. Una ubicación mentirosa que no graficó su brillante calificación al manejo del JHR, que ilusionó a los argentinos que estuvieron en el Speedway como a aquellos que no se despegaron del televisor. Bravo, desafiante, proclive a los errores y a más de 300 km/h el óvalo de Indianápolis con numerosos secretos, el arrecifeño hizo recordar las razones que llevaron a bautizarlo en la Argentina como Titán. Aún ya retrasado por la sanción, hizo disfrutar cuando se lo vio metido entre los que iban  a definir la carrera, acaso un premio que distó mucho del que se insinuó e hizo vibrar y emocionar a muchos argentinos amantes de los fierros, convirtiéndose en primero de los corredores de nuestro país que afrontaron las 500 Millas, en completar el recorrido en 91 años (el anterior en el muy lejano 1933, Raúl Riganti).

La tormenta y lluvias retrasaron unas cuatro horas el lanzamiento de la carrera, ante unas 300 mil personas. Cuando el agua cesó, vehículos específicos de la organización, «secadores», fueron dejando la pista en condiciones para largar. Y apenas se inició sobrevino la primera de las piñas, entre Pietro Fittipaldi, Tom Blomqvist y Marcus Ericsson. Canapino consciente y en contacto por radio con el equipo, adoptó una estrategia conservadora en esos primeros movimientos, sobre un piso aún con algo de humedad y lavado por la lluvia, avanzó del puesto 23ro al 19no, aprovechando una neutralización por la rotura del motor de la británica Katherine Legge, única mujer en la grilla.

Después de la lluvia, el gentío comienza a regresar a las tribunas. El retraso de la largada fue de unas cuatro horas (Foto gentileza G. Rosso desde Indianápolis).

Se sucedieron más neutralizaciones por choques como el de Linus Lundqvist, a la vez que se repitieron roturas de los motores Honda (con Chevrolet, únicas marcas que impulsan los autos de Indycar). Canapino siguió su avance ante paradas de rivales, y tras la deserción de Félix Rosenqvist en la vuelta 64, se ubicó 12do, si bien luego superado por el brasileño Helio Castroneves, de 49 años y cuatro veces ganador de las 500, el despiste de Colton Herta le permitió al Titán ingresar en el top ten, avance que incluyó un toque en los pits, para al volver seguir adelantando hasta situarse 10mo cuando se cumplían 100 vueltas, la mitad del recorrido.

No paró su acercamiento, en la ronda 119, Canapino alcanzó el octavo puesto sin concesiones. En la vuelta 132 circuló décimo, cerca del luego ganador Josef Newgarden y delante de Santino Ferrucci. El accidente de uno de los candidatos, Will Power, provocó otra bandera amarilla, y al relanzarse en la 155, Agustín figuró 11mo. y más tarde en la 171, tuvo su última detención, para al toque nomás, en la siguiente se vio obligado por la sanción a entrar a los boxes y por ende, caer al fondo del pelotón.

Tal como te mencionamos, entre la descarga de adrenalina para los argentinos por «culpa» de Canapino, y la definición electrizante, una vez que Newgarden a falta de media vuelta recuperó la punta ante O’Ward, las 300 mil almas regaron de aplausos y gritos a hombres que durante 200 vueltas, ofrecieron un extraordinario espectáculo a más de 300 km/h. Sí, entre ellos, Agustín Canapino ratificó porqué aquello de Titán.

nota en desarrollo

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5 COMENTARIOS

  1. Solo orgullo y agradecimiento. Canapa (recién en su 2da temporada y no olvidemos viniendo de manejar una chevy) ya está ahí, con un equipo «chico» compitiendo contra los «dueños» de la categoría. Falta solo un poco de buena suerte, el resto ya está. Lo banco y lo seguiré bancando porque la patriada que esta haciendo no merece menos.

  2. Bancar lo bancamos siempre, sin dudas nuestro mejor proyecto internqcional de los ultimos 10/15 años. El tema es si lo que esta haciendo va a alcanzar para que se mantenga en indy. Dificil. Necesitamos resultados

  3. Da bronca tanto buen parcial y que este costando tanto redondear en el buen funcionamiento en el resultado final. Se esta acabando el margen de adaptacion y tanto el como el equipo necesitan terminar de redondear un fin de semana. Ojala se corte pronto la continuidad de errores.

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