MIRÁ EN QUE MUSEO.
El Fiat 500 Serie F se ha exhibe en el famoso Museo de Arte Moderno de Nueva York. El modelo es parte de la exposición «El valor del buen diseño«, que narra la historia del diseño industrial a través de las obras de la colección del MoMA; se puede visitar hasta el próximo 15 de junio.
La inclusión en las prestigiosas galerías del MoMA, certifica aún más la importancia histórica y el valor simbólico del Fiat 500 de la década de los cincuenta, como un icono del estilo italiano. Un auto que incorpora muchas de las características típicas del diseño modernista de la época, y enlaza con los temas explorados por las colecciones expuestas en el museo de Nueva York.
El Fiat 500 expuesto en el MoMA es un modelo de la Serie F; la más famosa de todas, que se fabricó desde 1965 hasta 1972. Contando las otras versiones de la primera generación (Sport, D, L, R), salieron de las líneas de producción más de cuatro millones de unidades entre 1957 y 1975. Sumando las unidades fabricadas desde que se renovó el 500 en 2007, se han fabricado más de seis millones de vehículos, convirtiéndose en uno de los modelos de Fiat más vendidos de todos los tiempos.
Diseñado por Dante Giacosa y lanzado en 1957, el Fiat «Nuova» 500 fue diseñado como un auto que se podía comprar para para motorizar la Europa de la posguerra. El concepto básico fue que el diseño de alta calidad, debía ser accesible para todos.
El Fiat 500 F estaba empujado por un sencillo motor de dos cilindros, 499,50cc, refrigerado a aire. Aquél pequeño motor desarrollaba sólo 18 CV y el coche no llegaba a los 100 km/h, la máxima era de sólo 95 km/h.
El pequeño cinquecento revolucionó la movilidad en Italia, y es considerado un producto aún más importante que la icónica Vespa. Pese a medir menos de tres metros de longitud, en su interior cabían cuatro adultos sin mayores problemas.
A pesar de su pequeño tamaño, el diseño de Giacosa maximizó el espacio, creando un interior sorprendentemente amplio. La capota plegable de serie, le dio a este vehículo económico un toque de lujo, además de reducir el uso de acero, muy caro por aquel entonces, necesario para producirlo.
Fotos: Prensa FCA