NO ENCONTRÓ EXPLICACIONES.
Carlos Sainz no podía haber recibido mejores muestras de confianza en los últimos días por parte de Ferrari. La libertad de acción para luchar por el titulo con su compañero Charles Leclerc y la extensión del contrato hasta fines del 2024, con un aumento en la remuneración, fueron dos hechos que mostraron que el equipo de Maranello sigue confiando en el piloto español pese a un comienzo de campeonato opacado por el brillo de Leclerc.
Por todo esto, no pudo llegar en un momento más inoportuno el golpe que Sainz se dio en el segundo tramo de la clasificación del Gran Premio de la Emilia Romagna, en Imola.«Es una pena porque iba rápido en toda la sesión, incluso en los entrenamientos libres en agua me sentía cómodo. Fue un error un poco raro, sinceramente, no lo acabo de entender porque no iba al límite con el coche, ni iba tirando al máximo. Sabía que la lluvia iba a llegar y que tenía que hacer una vuelta buena antes de que llegase el agua, pero también sabía que tenía margen y que no necesitaba las últimas décimas» contó Sainz sobre ese despiste con golpe contra las contenciones que protagonizó y que le impidió entrar en la tanda definitiva aunque no lo sacó de los diez primeros.
«Por lo menos todavía queda toda el sprint y el Gran Premio para recuperar” agregó el español como consuelo y esperanza. Esta futura actividad de esta cuarta fecha del campeonato mundial, que por primera vez en el año incluye la tan cuestionada carrera sprint, dirá hasta dónde llega el costo de ese despiste y el poder de recuperación del español. Desde el décimo lugar no la tiene fácil en la minicarrera que ve partir adelante a Max Verstappen con el Red Bull y a Leclerc la otra Ferrari. A diferencia del año anterior y como corresponde, el holandés también anota este logro de mejor tiempo clasificatorio en las estadísticas. Es la 14ta pole de Max y la 75ta de Red Bull. En cambio para partir adelante en el Gran Premio, el holandés debe vencer en sprint, cuyo ordenamiento de llegada sigue ordenando la grilla de la competencia principal.
Si Sainz se fue contrariado de la lluviosa jornada en Imola, qué decir de Lewis Hamilton y la gente de Mercedes Benz. Por segundo Gran Premio en cuatro fechas, Lewis no entró en la tanda definitiva y por primera vez desde Japón 2012, el equipo dirigido por Toto Wolff no coloca sus autos dentro de los 10 primeros ya que George Russell se ubicó 11° y Hamilton quedó 13°. El problema del rebote se manifestó a pleno en los Mercedes Benz, tanto en las rectas como en las curvas, al punto que en los entrenamiento provocó la rotura del piso del auto de Russell.
“Fue un día decepcionante. Uno llega con optimismo y sabe que todos están trabajando muy duro en la fábrica pero en la pista las cosas simplemente no salen bien. Creo que como equipo tuvimos un desempeño inferior a otras carreras y hay cosas que deberíamos haber hecho y no hicimos» descargó Hamilton, tras un dialogo de rostros serios con su jefe Wolff que no quiso contar. “Son cosas internas” se limitó a comentar. Patético del mal momento de Mercedes Benz.