UN GOLPE FUERTE Y BIEN CARO.
Es cierto, lo importante es que Mick Schumacher haya salido sólo con algunos golpes del fuerte choque en la clasificación del Gran Premio de Arabia Saudita. Ahora bien, una vez superado ese momento de tensión, en el equipo Haas han empezado a doler tanto como los golpes al hijo de Schumi, las consecuencias económicas del accidente.
“El costo es bastante alto porque se ha dañado toda la suspensión, excepto la delantera izquierda. Creo que todavía hay algo ahí. El resto es solo polvo de carbón. No sé en cuanto al dinero, pero, entre la caja de cambios, toda la carrocería, los radiadores se han ido, entre 500 mil y un millón de dólares. Me dijeron en Ferrari que el motor parece estar bien al igual que la batería, pero ¡todo lo demás está roto!”, reveló Guenther Steiner, director deportivo de Haas, tras la revisión inicial de los restos del auto del hijo de Michael Schumacher.
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“Es una pérdida. Así que sólo necesitas administrarla dentro del dinero que dispones. Obviamente, espero que no tengamos muchos más golpes…”, agregó Steiner sobre la repercusión económica de tamaña piña, en el límite presupuestario impuesto desde este año a los equipos. Su esperanza de “no tener muchos más golpes”, no la avalan los antecedentes del joven Mick. Si te acordás, en 2021 tuvo el dudoso privilegio de ser el piloto que más le hizo gastar al equipo, en reparaciones por accidentes y golpes. Haas debió pagar facturas por 4.700.000 dólares. Ahora con apenas dos carreras ya sumó un millón a la columna de los gastos…
¿Le habrían tenido tanta paciencia a Mick, de no haber sido el hijo de unas de las grandes figuras de la historia de la Fórmula 1?