LO ENCONTRARON DEBAJO DE UN SEMIRREMOLQUE, en San Justo. Su historia es extraordinaria, y sus nuevos dueños planean restaurarlo en un plazo de cuatro años…
Carlos Ernesto Ruesch había sido campeón argentino de Turismo Anexo J en 1966, con un Renault Gordini preparado por Oreste Berta. Al año siguiente adquirió un Torino para correr en TC, y en 1968, sobre la base del Toro construyó este coche:
La cuña que llevaba en el techo había reemplazado a una extensión símil toma dinámica –para que el coche diera la altura mínima reglamentaria- con una sección rectangular que parecía la pantalla de un aparato de televisión, de allí su nombre. Como Ruesch tenía ideas de avanzada, pronto lo modificó:
Tan extraño era el TC de aquel tiempo, que un auto como éste podía competir contra el Trueno Naranja de Pairetti o la Liebre II de Copello ¡y vencerlas! Ruesch ganó en el Autódromo de Buenos Aires, en los tiempos en que se decidía que este tipo de autos pasaran a formar una nueva división, Sport Prototipos.
En 1969, el auto pasó a manos del cordobés Tulio Riva, que lo corrió tanto en SP como en alguna carrera de TC, sin mayor fortuna y con motor Tornado. Al año siguiente, el coche haría su última aparición:
Lo corrió Carlos Marincovich en una carrera de Sport Prototipo en San Juan. Al coche no solamente se le había modificado la carrocería (porque SP posibilitaba correr en 1970 con menor altura) sino que además se lo había dotado de un motor Dodge preparado por los hermanos Bellavigna. Después de esa carrera, el auto estuvo fuera de circulación por más de 40 años, hasta que dos grandes entusiastas, Orlando Gambetta y Miguel Bottini, lo encontraron en San Justo, sin motor, caja, ni diferencial. Ruesch certificó la originalidad del asunto:
Es el hallazgo del año, sin duda. Ponerlo en condiciones costará casi cien veces más que lo que Gambetta y Bottini pagaron por él. Pero no podemos esperar a verlo rodar nuevamente… Paciencia.
Por el equipo de VA
Fotos: Orlando Gambetta y archivo Automundo.
!!!felicito enormemente a los felices dueños de semejante hallazgo,les deseo toda la fuerza para devolverlo a la vida a un auto que en mi juventud pude ver correr algunas carreras.junto con otros que hoy estan resucitados en manos de verdaderos amantes del automovilismo.
MUCHA SUERTE Y ESPERO VERLO RODAR POR ALGUN AUTODROMO,
Igual que Juan, que lindo recordar estos autos para quienes los vimos correr hace tanto tiempo.
Ojala sigan apareciondo otros.
Esta historia es una síntesis de la historia del automovilismo Argentino ,y casi de la historia de este país tambíen.
Un auto extraordinario,de una época extraordinaria,donde cada auto se identificaba con su piloto, ( Pairetti-Trueno Naranja,Vianini-Garrafa,Ruesch-Televisor),donde cada auto era UNICO,( no como ahora, todos bien uniformaditos).
Para quien escribe estas líneas el período comprendidos entre los años 1967 y 1969 fuéron los más inolvidables y mejores en la historia del TC.
Pero en vez de haberlos cuidado o conservado bien cuidados en algun museo,su triste destino fué la chatarra,el óxido y el olvido.
Felicito a los caballeros que se encargaron de «descubrirlo» y espero verlo pronto en todo su explendor.
FELICITACIONES, NO VEO LA HORA DE VERLO RESTAURADO O AL MENOS EN AUTOCLASICA ASI COMO ESTA, PORQUE NO..?, DEBO RECORDAR QUE RUESCH HIZO OTRO NUMA II B A EL NENE TERNENGO QUE LUEGO FUE MODIFICADO AL IGUAL QUE EL DE LA FOTO PERO CON MOTOR TORNADO DE COLOR AMARILLO, EL DE COPELLO ERA BLANCO MOTOR TORNADO, DESCONOZCO SI ESTOS CHASIS PERTENECIERON A UN MISMO CHASIS ORIGINAL, PERO ERAN TODOS SIMIL «917», COINCIDO FUE UNA DE LAS MEJORES EPOCAS DE NUESTRO AUTOMOVILISMO. SALUDOS.
No se les pianta un lagrimon…
No soy un gran conocedor del automovilismo, pero no me olvido nunca cuando habiamos ido al autodromo Oscar Cabalen a dedo con un amigo que está en el cielo y a la salida apareció el NUMA, nos impactó, una cosa de locos, para nosotros era de otro planeta, era un auto impresionante, no lo alcance a distingir pero seguramente al volante estaba Carlos Rursch.
Gracias¡¡¡¡¡
muy buen recuerdo!