A VECES EN LAS INJUSTICIAS, hay una porción de justicia.

Si hubo alguna justicia en la áspera y polémica definición de la sexta fecha del Súper TC 2000, llegó en forma indirecta y fue la victoria de Bernardo Llaver.

El tercero en discordia en el duelo Manuel Urcera-Canapino le dio una gran atractivo a una carrera para beneficio del numeroso (oficialmente se habló de 30.000 personas) público, instalado que se instaló en el pintoresco circuito de Oberá. El mismo Bernardo Llaver quien,  antes de la cena del sábado en el Bungalow Chiquita se lamentó del error cometido en clasificación, más que de la posibilidad de la pole, que lo hizo descender al octavo puesto. No perdió la confianza. “Tengo un autazo”, dijo tras desayunar y antes de partir al circuito, tal ves sin imaginar que sería  su gran domingo.

LLaver ya dejó atrá a Urcera y Canapino, tras aprovechar el toque, y marcha rumbo a la victoria.u

Cuando ví que Urcera y Canapino se peleaban decidí  levantar para cuidar las gomas”, contó sobre las expectativas que acumuló pensando en usufructuar la lucha entre el Fiat número 9 y el Chevrolet número 5. Se le dio en la vuelta 16, y ahí estuvo Berni, como se lo conoce en el ambiente este mendocino, para pasar a la punta y encaminarse a su segundo triunfo en la categoría y el primero en solitario, recordando que el anterior fue en la edición 2010 de los 200 Kms de Buenos Aires, sobre el Toyota que compartió  con Mauro Giallombardo.

“Este triunfo es muy importante», dijo LLaver sin originalidad pero con una emoción que se reflejaba en unas lágrimas a punto de escaparse de sus enrojecidos ojos. “En principio  teníamos planificado venir a correr por que estamos muy complicados para reunir el presupuesto, pero me motivaron las buenas actuaciones de las ultima fechas” ,contó Berni, antes de admitir que ”tuve que vender varias cosas”.

Una limitación económica que también provocó que su padre Roberto, inseparable en las carreras, esta vez decidera quedarse en Mendoza. Nada que ver esta apretada situación con la holgada de Manuel Urcera, su compañero, y el que completó el 1-2 de Fiat.

Llaver recibe la felictación de Rossi; el Misil abandonado por la rotura de la dirección hidráulica.
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La preferencia que Berni tiene por el  Súper TC 2000 ahora y por el TC 2000, antes. salta a las claras. Se le notó el año pasado, cuando por cuestiones presupuestarias y un movimiento de pilotos en Toyota  (la marca con la que estaba identificado) lo obligaron a emigrar al TC Pista. Nunca estuvo cómodo y siempre soñó con el regreso, que este año pudo concretar en un equipo Fiat que buscaba pilotos aportantes pero que también anduviesen rápido. Con este 1-2 quedó claro que los tiene.

 

Por Miguel Sebastián  (Especial desde Oberá)

Fotos: AIF y Prensa Súper TC 2000

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