TC. EL ESCANDALETE POR LA LLUVIA DE EXCLUSIONES EN SAN LUIS, EXPANDIDO COMO LAVA HIRVIENTE

El Tubo en soledad en la movida (reclamó a colegas y con razón, la falta de compromiso y acompañamiento al paso dado). Denunció a Santero, ganador con el auto en reglamento, contra Urcera y Ardusso en coches fuera de reglamento, y sí… más Otto Friztler, debutante con Dodge Challenger quien salió indemne.

   Acordate, a Urcera lo excluyeron porque el equipo de Emanuel Moriatis que prepara y alista su Mustang, se negó al desarme del motor. Dicen que alegaron  que el coche «ya fue revisado». Se refirieon a cuando a los autos le miden alturas y pesos no así el motor.  A Ardusso por anomalías en el múltiple de admisión el Camaro del RV Racing.

En el caso de Trucco, la exclusión fue porque el motor de su tan observado Dodge Challenger, la cilindrada estaba excedida en 30cc. Al auto, sus dimesiones fueron reducidas antes de la carrera ganada en Buenos Aires, por el equipo de Rodolfo Di Meglio para que ganara competitivad, con autorización del área técnica. Y a Federico Iribarne (denunciante de Trucco), lo bajaron porque la cilindrada se pasó en 44cc. Sobre el delicado tema vinculado a la decisión muy cuestionable, de no permitir la completa inspección del auto de Urcera, a solas en la CAF, mantuvieron un tenso diálogo Alejandro Iuliano, al frente de la Técnica de la ACTC, con el mismo Moriatis quien, se descartaba iba a sere uno de los  convocados a declarar, acordate Emanuel presidente de APAT.

Desde ya, esto seguía; el mar se picó en el TC.

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Los ecos del bochorno vivido en el Autódromo de San Luis, iniciado a poco de finalizada la final y prolongándose durante casi tres horas, continuaban retumbando y daban pie a vaya a saber la cantidad de opiniones, conjeturas y sospechas luego de la verificación técnica que se llevò puesto a varios con sonoras desclasificaciones. Y no descartaba que luego de la reunión de la CAF, surgieran novedades como para que la temperatura continuara subiendo.

Como sabrás, luego de la final de TC ganada con holgura por Julián Santero en el Ford Mustang del equipo del Laucha Campanera, apenas se bajó del Toyota Camry nueva generación del Maquin Parts, Esteban Gini lanzò muy caliente y fastidiado que su auto perdía 3/4 décimas en un parcial de 13 segundos. Su malestar llevò a que denunciara a los tres primeros, Santero, Manuel Urcera por su Mustang y a Facundo Ardusso encargado de conducir el Camaro del RV Racing. Equipo propiedad del poderoso empresario sureño, Roberto Valle definitivamente enrrolado en las filas de la ACTC, al formar parte del grupo de propietarios de equipos de TC2000, que hace poco concretaron una de las mudanzas mas resonantes, al volcarse a la fiscalización aceteísta, como te contamos en nota anterior, desvinculándose de su casa materna, el Automóvil Club Argentino.

Gini concretó las denuncias (se habló que el costo fijado es de 400 mil pesos cada una) ante los comisarios deportivos que como en otros casos álgidos quedaron encerrados n sus propios laberintos, bastó escucharlos a un par para percibir sus dudas y poder de decisión real. El Tubo cuestionó los motores de Manuel Urcera y del tercero Facundo Ardusso, en tanto Federico Iribarne hizo lo mismo con Juan Martìn Trucco. Urcera, Ardusso, Trucco y el propio Iribarne fueron desclasificados en el marco de un clima de alta tensión y con un agravante notorio: Urcera dijo se enteró de la sanción cuando ya había emprendido el viaje de regreso a Buenos Aires, sin conocer al parecer, que su equipo propiedad de Emanuel Moriatis, al mismo tiempo presidente del Turismo Nacional, se negò a que desarmaran el motor del Mustang, una decisiòn muy grave, agudizada con el transcurrir de las horas cuando ncurrieron en un sincericidio. Admitieron de antemano que el motor estaba excedido en la compresión, por ende sabían al momento de correr que el auto no se encontraba en reglamento. Por eso, el equipo habría sido el que tomó la decisión de sacar al auto de la verificación porque ya sabían que estaban excluídos. Correr sabiendo que el auto no estaba en reglamento, muy grave.

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No son novedosas las carreras de TC definidas en las revisiones técnicas, Si hasta se han decidido campeonatos, después de la caída de la bandera a cuadros. Recordá que por la desclasificación de Diego Aventin en La Plata 2006, Norberto Fontana se enteró que era campeón de TC en pleno viaje de regreso a su casa en Arrecifes.

No se puede aventurar tanto por lo sucedido en San Luis, dado que recién ha quedado atrás la primera de las cinco fechas de la Copa de Oro, inexistente en aquella época de Aventín-Fontana. Si, con el riesgo de todo pronóstico en el imprevisible TC, puede decirse que con su doble victoria Julián Santero, dio un paso firme rumbo a ese título que persigue como gran objetivo. ¿Por qué te decimos doble victoria, si hubo una sola fecha? Ocurre que el mendocino, primero ganó en la pista, con contundencia y comodidad sobre el Mustang que movió al aburrimiento.

Y luego salió indemne de la revisación técnica solicitada a viva voz por un enojado Esteban Gini, contra su auto y los de sus escoltas Manuel Urcera y Facundo Ardusso. Una denuncia que terminó con las exclusiones de Urcera quien no permitió que revisaran su auto, una actitud de suma gravedad, y Ardusso (por anomalías en el múltiple de admisión del Camaro). También cayó en la volteada Juan Martín Trucco (cuarto en la pista) denunciado por Federico Iribarne (llegó 30°) por exceder el límite de cilindrada, reperfilado para todas las marcas a partir de San Luis, irregularidad que también sacó del clasificador al denunciante Iribarne. De locos.

“Quiero saber si era mi auto el que no andaba, si fuera así en ese caso tendré que cambiar de equipo, o bien si los autos de adelante estaban fuera de reglamento”, descargó sin filtro Gini, piloto del Maquin Parts, uno de los más costosos, camino a la presentación de la denuncia y tras finalizar en un opaco 25° lugar. Vale destacar su valentía para destapar una olla invadida por rumores, vinculados a la ilegalidad de varios motores, a su vez a no haberse quedado en palabras, sino que pasó a los hechos al denunciar a quienes pensaba que podían estar corriendo con sus autos con irregularidades al reglamento estipualado. Una actitud nada frecuente la del Tubo, en un ambiente acostumbrado al silencio de la gran mayoría de los pilotos, temerosos por eventuales sanciones, por lo que pudieran dañar la relación con la dirigencia de la ACTC, en particular con el presidente Hugo Mazzacane y, fundamental, por la preservación de sus intereses económicos que tanto priorizan los corredores. Confirmó Gini, posturas como las mencionadas, al puntualizar que no encontró eco en sus colegas al comentarles la necesidad de efectuar denuncias para preservar la paridad y la vital transparencia.

EL TUBO GINI LO DIJO CON TODAS LAS PALABRAS

Imágen: gentileza Carburando.

Por lo sucedido, no resultó una arranque bueno y esperado, el de la 17ma edición de la Copa de Oro. Las razones hubo que buscarlas ante las cuatro exclusiones producidas, que involucraron a pilotos figuras y grandes protagonistas de las carreras, y en sospechas caídas sobre otros participantes del TC.

El escandalete enrareció el ambiente en el autódromo puntano, que no alcanzó a salpicar a  Julián Santero, cuyo auto tambièn «ganó» en la técnica. El mismo que en la pista resultó inalcanzable, en la técnica fue intocable. El doble mensaje que sabrá valorar el mendocino, y también deben leer con mucha atención el resto de los animadores del TC. Ha surgido la percepción, que el ordenamiento técnico tiene que desterrar sospechas y suspicacias, tan perniciosas consecuencias para el TC.

Foto portada: @campeones en X.