OTRA VEZ PERNÍA.

«Y dale con Pernía», dirán aquellos cansados de la reiteración del apellido como ganador en TC2000. Pero no hay otra, cuando no gana el padre Leonel, gana el hijo Tiago, como en la fecha en San Nicolás. Y a veces hasta le toca al tío Mariano, que precisamente retornaba en el Autódromo de Rosario donde fue la cuarta fecha del campeonato. Una cita que tuvo una buena respuesta del público, y por fin tuvo una grilla con 20 autos. Dos puntos positivos en esta etapa de recuperación que transita la categoría.

Esta vez no tuvieron suerte ni Tiago, ni Mariano, y el festejo mayor, como tantas veces lo disfrutó Leonel Pernía. Experimentado, tricampeón, y el mismo que el año pasado había faltado en Rosario por un declarado problema cardíaco que por suerte nunca más le apareció.

En los primeros metros de la carrera, Capurro por afuera ataca la posición de Rossi. Detrás del Fluence número 99 y casi oculto avanza Pernia. «No logré entender la situación», dijo un sorprendido Rossi.

El triunfo de Leo fue la cuota de normalidad que tuvo una carrera loca, con varios cambios de punta, enredos, toques y despistes. Listado que le dio un matiz atractivo, más allá que el nombre del vencedor fuese repetido. Es que todas esas situaciones desactivaron desde las primeras curvas el duelo Rossi vs Pernía, imaginado tras lo sucedido en clasificación, y provocaron un trámite con tres líderes diferentes. El sorprendente y efímero Matías Capurro, Leonel Pernía y Franco Vivian. No es muy habitual en un circuito complicado para los sobrepasos como es el Juan Manuel Fangio de Rosario.

“Quedé muy confundido con lo que pasó en la largada, donde todos supuestamente largamos a la misma velocidad y de pronto veo que Capurro y Pernía me pasan con mucha diferencia…”, fue la queja sin otros condimentos de Rossi, por una largada que no resultó una de las más felices y del primer puesto lo retrasó al tercero. Marcó el derrumbe del intuido duelo y el prólogo del opaco domingo del Misil, quien poco después agregó un toque con su coequiper Marcelo Ciarrocchi. Pese a que continuaron, para  llegar cuarto y sexto, dejaron bastante golpeados a los Toyota Corolla oficiales.

El Fiat Cronos de Emiliano Stang (62) fue uno de los tantos autos que el Honda de Bernardo Llaver (10) superó en su gran escalada desde los últimos lugares al quinto puesto final.

También ese áspero comienzo limitó las chances de Bernardo Llaver. “Felippo se pasó en la curva 3, me pegó y me dañó una goma”, contó el mendocino sobre el motivo de un trompo que lo dejó cruzado en medio de la pista (“Me asusté bastante”) y provocó su paso por boxes. “Estaba para pelearlo a Pernía” lamentó. Hubo que darle la derecha, recordando su gran recuperación que lo llevó al quinto puesto final.

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Si lo de Llaver mereció el elogio, qué decir entonces de Franco Vivian, su compañero en Honda. Fue el afortunado pescador que sacó ganancias del río revuelto de los primeros giros. En pocas vueltas trepó desde el último lugar de largada hasta el quinto, y a la media hora de carrera sobre 40 minutos, pasó a la punta al aprovechar un error (“largué en segunda”) de Pernía en el segundo relanzamiento que tuvo la carrera.

Estuvo cerca de concretar la hazaña de ganar, pero no pudo aguantarlo a Leo sobre el final. “Son carreras de autos” explicó Vivian dando a entender la superioridad del Renault Fluence del campeón. Igual su segundo puesto más el quinto de Llaver resultaron un importante incentivo para un equipo Honda, en el que su director Roberto Valle analiza su continuidad en 2025. Javier Ciabattari, actual responsable técnico del equipo, es una fuerte alternativa para suceder a Valle, en caso que los compromisos con su equipo de TC, le demanden mayor atención y tiempos al empresario sureño.

Leo Pernía, Vivian y Capurro festejan en el podio con los trofeos característicos de Rosario con la imagen del Monumento a la Bandera. Pernía suma 114 puntos en el campeonato con 30 de ventaja sobre Llaver. .

Pasaron todas esas cosas en el TC2000 en Rosario. Se complicó Rossi, estaba para pelear Llaver y a punto estuvo de triunfar Vivian, pero finalmente ganó Leonel Pernía. El Pernía mayor, el que festeja casi siempre y quien ratificó que por encima del acercamiento de las marcas rivales, el Fluence del equipo de Marcelo Ambrogio sigue un escalón arriba del resto. Y además lo maneja un piloto que lo conoce mejor que ninguno.

 

Fotos: Prensa TC2000.

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1 COMENTARIO

  1. «Roberto Valle analiza su continuidad en 2025»: Valle ya se fue, no quiere quedar mal con Mazzacane y si sigue es por tratar de llevar la categoría a la ACTC.
    En plena levantada de cantidad de pilotos dio de baja dos autos competitivos y ni siquiera aceptan que la.prensa le pregunte por el TC2000 si esta hablando de las categorías de la ACTC…
    Ojo los que apuestan por el unicato ACTCísta, no sea cosa que se de vuelta la tortilla

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