TAN CONTROVERSIAL COMO EL FINAL DEL GRAN PREMIO.

Que, ocho años después del accidente que acabó cobrándose la vida de Jules Bianchi, apareciera otra vez una grúa en la pista mojada, para retirar la Ferrari siniestrada de Carlos Sainz, heló la sangre de la mayoría, en un momento en el que a muchos les pareció que las circunstancias hacían imposible el desarrollo normal del Grand Prix de Japón de Fórmula 1, algo que la dirección de la carrera entendió apenas una vuelta después al colocar la bandera roja y demorar la reanudación por al menos dos horas.

Las grúas en la pista, mientras caía una lluvia torrencial y la visibilidad estaba absolutamente condicionada, acabó siendo un recuerdo terrorífico para los pilotos: “Ya perdimos a Jules, un tipo fantástico, ocho años atrás, en esta misma pista, en la smismas condiciones con la grúa”, declaró enardecido Pierre Gasly tras la carrera. “¿Cómo puede haber una grúa, no ya en la grava sino en el asfalto, cuando todavía estamos en la pista?»

Y siguió: “Me asusté. Si hubiera perdido el auto como lo perdió Carlos (Sainz), no importa a qué velocidad, me habría matado. Simple como eso. Es una falta de respeto a la memoria de Jules, a su familia y a todos nosotros. Estamos arriesgando la vida, y lo único que pedimos es que nos mantengan a salvo. Fue extremadamente peligroso y, peor, innecesario. Podían haber esperado un minuto para mandarnos al pit-lane y allí haber sacado los tractores a la pista”.

Según Esteban Ocon, una de las estrellas de la carrera, “perdimos suficientes amigos con estos vehículos en el pasado. Yo iba lento cuando lo ví, iba cuarto, debe haber sido mucho más difícil para quienes venían más atrás (a causa del spray). Para nosotros está claro, y para la FIA también, que es peligroso tener un vehículo de rescate cuando la carrera está neutralizada. Tenemos que discutirlo pronto”.

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Alex Wurz, el presidente de la Asociación de Pilotos (GPDA) tomó esas palabras y fue concluyente: “Tenemos que discutir eso sin perder el tiempo: eso no puede suceder nunca más”.

Nadie lo resumió mejor que Sebastian Vettel: “Fuimos muy afortunados”. Y lo explicó así: “Tenemos que mejorar esto, no estamos en capacidad de poder correr cuando hay agua en la pista, lo sabemos desde hace años. Esto hizo que Carlos (Sainz) chocara, la visibilidad era prácticamente nula con el spray. No pasó nada de milagro. El tractor no debió haber estado ahí: quienes lo manejaban tienen un superior, ¿no?”

Parece increíble…

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