UNA VIDA DE PELÍCULA.
Fue un personaje especial Frank Williams. Un personaje especial de una Fórmula 1 que con su muerte se queda ya sin representantes de aquella generación de jóvenes constructores que en los 60, con más ilusiones que medios, pudieron concretar el sueño de tener su propio equipo en otra Fórmula 1 por entonces más humana que tecnológica y comercial.
Fue un personaje especial por una vida donde las alegrías, las tristezas, la gloria de los triunfos y los dramas de las tragedias se intercalaron sin pedir permiso. Nacido en South Sields, Inglaterra, Frank Owen Garbatt Williams, tal su nombre completo, tuvo una breve como poca exitosa campaña como piloto que lo convenció de seguir en el automovilismo pero desde abajo de los autos de competición. Fundó Frank Williams Racing Cars, hizo las escaleras de las Fórmula 3 y 2 en los 60 hasta llegar al Mundial en 1969 junto a su amigo Piers Courage. Un año mas tarde se unió al proyecto de Alejandro De Tomaso.
La muerte del promisorio Courage en Holanda 1970 resultó el primer cachetazo de la tragedia. Superado el dolor, Frank continuó con más ganas que recursos con modestos proyectos como los de Iso, Polytoys y una alianza con Walter Wolf que no terminó de la mejor manera en 1976, y lo dejó sin nada. La aparición del piloto belga Patrick Neve con el patrocinio de la cerveza Belle Vue le permitió reflotar en 1977 su equipo y lo que fue más importante, sus ganas de buscar nuevos e inexplorados mercados de patrocinio.
“Los voy a ayudar” . Muchas veces escuchó esa frase Frank Williams paro aquella de mediados de 1977 no fue una más. Se la dijo Mohammed Bin Fahd, segundo hijo de Mohammed Bin Laden, también padre del famoso Osama, como corolario de la entrevista de 10 minutos que tuvieron en el Palacio de Ryad, junto a Patrick Head, su inseparable lugarteniente técnico desde la creación de Williams Grand Prix Engineering en 1975. Hasta allí ambos habían llegado por contactos de Saudi Airlines, la empresa de aviación, que en su deseo de ingresar a la Fórmula 1 había colocado sus logos en los blancos Williams. Vale señalar que aquellos no eran tiempos de una gran integración con el mundo árabe con los países occidentales
Vaya si cumplieron los jeques árabes con la promesa de ayuda. El aporte de 200.000 libras esterlinas de Albilad fue el primero de una serie de patrocinios que se fueron incrementando en cantidad e importancia y le cambiaron la vida deportiva a Frank Williams y su equipo. Así de ser un buscavidas que gambeteaba acreedores, utilizaba gomas que otros descartaban y incorporaba pilotos con más dinero que capacidad conductiva pasó a ocupar un lugar importante en el juego grande entre equipos tradicionales como Ferrari, Renault, Lotus, McLaren y a elegir corredores por su talento. Alan Jones y Clay Regazzoni inauguraron la lista que incluyó campeones como Keijo Rosberg, Nelson Piquet, Nigel Mansell, Ayrton Senna, Damon Hill y Jacques Villeneuve, figuras como Carlos Reutemann, Riccardo Patrese, Juan Pablo Montoya, Mark Webber, Felipe Massa, Rubens Barrichello y jóvenes a quienes le dio su primera oportunidad como Jenson Button, Nico Rosberg, Valtteri Bottas y recientemente George Russell.
Dicen que no hay felicidad completa y Frank Williams no resultó la excepción. El 8 de marzo de 1986 su vida cambió para siempre. De regreso de unas pruebas den Paul Ricard, el Ford Sierra conducido por el periodista Peter Windsor, si, el mismo de la estafa del USF 1 a Pechito López, se salió de la ruta y volcó en un barranco de 2,50 metros. Windsor salió con golpes leves pero Williams se fracturó la columna vertebral entre la cuarta y quinta vértebra. Quedó parapléjico., Un terrible impacto físico y anímico para quien hacia un culto del ejercicio físico y solía correr varias vueltas en los circuitos en los días previos a las carreras. El amor de su esposa Virginia y la pasión por la Fórmula 1 lo salvaron del suicidio.
Siguió adelante Frank, con su conocida tenacidad y determinación. Su imagen en una silla de ruedas llevada por un asistente personal se hizo habitual en los boxes de la Fórmula 1. Su reconocida fortaleza anímica tuvo una dura prueba el 1 de mayo de 1994 en Imola. El sueño de contratar a Ayrton Senna, perseguido desde 1983, pero recién concretado a principios del 84, terminó en la peor pesadilla con la muerte del brasileño tras el despiste y golpe en la curva de Tamburello. “Nunca podré perdonarme que Senna haya muerto sobre uno de mis autos” repitió Frank hasta sus último días, tal vez por algún sentimiento de culpa no reconocido.
Los títulos de Damon Hill (1996) y Jacques Villeneuve (1997) atenuaron en parte ese vacío que dejo Senna y al mismo tiempo marcaron los últimos años de una gloria que entrado en nuevo siglo empezó a llegar en cuentagotas como reflejo de una realidad que cada vez dejaba menos espacio de lucimiento a los equipos de los antiguos constructores. Cada año que pasaba le costaba más subsistir y mucho más destacarse A este ocaso deportivo se sumó en 2013 otra terrible perdida personal como lo fue la muerte de su esposa Virginia, la misma que le dio tres hijos (Jonathan, Jamie y Claire) y que entendió y acompañó esa pasión y obsesión de Frank por el automovilismo al punto de aceptar en 1974 que tras la ceremonia del casamiento, Frank fuese a trabajar al taller del equipo…
Como representante de aquella dorada época de fines de los 60 y principios de los 70, Frank Williams tuvo una estrecha relación con Argentina. Se fomentó en las recordadas Temporadas Internacionales de Fórmula 3 y 2 con el alquiler de sus autos A Oscar Fangio, Carlos Pairetti y Juan Manuel Bordeu . Más cercano y fuerte en el tiempo y en la memoria está el paso de Carlos Alberto Reutemann por su equipo y ese título que se le escapó por un punto en la definición en Las Vegas 1981. Muchos vieron en Frank uno de los responsables de esa frustración. Lole nunca dijo nada. Williams había nacido el 16 de abril de 1942, cuatro días después que Reutemann. Murió cuatro meses después que el santafesino. La Fórmula 1 lo recordará por su pasión y determinación que desde lo más bajo lo llevaron a los más alto.
«Era un leyenda y un ícono de nuestro deporte. Su fallecimiento marca el final de una era para nuestro equipo y para la Fórmula 1» comentó Jost Capito. actual jefe deportivo de Williams. Una definición exacta.