HICIERON UN LABURO para aplaudir parados.

 

El grupo de mecánicos del que te hablamos, junto al Misil.

 

En la carrera de TC en Termas de Río Hondo, largada por sorteo, sistema controversial que tanto dio que hablar, y que renovó la oposición de la mayor parte de pìlotos, se produjo un hecho que deberá ocupar un lugar entre los destacados del automovilismo argentino 2017, a la hora de los tradicionales balances de fin de año.

Producto de la carambola al comienzo de la carrera, en la se vieron involucrados varios autos, el Ford de Matías Rossi estuvo entre los que llevó la peor parte. Cuando el tumulto fue dispersándose, se vio al Misil llevando con dificultad y a marcha lenta, en tres ruedas a su coche rumbo a boxes. La parte delantera izquierda había desparecido, arrancada en el impacto; la rueda, amortiguador, resorte, portamaza, frenos, brazos de suspensión, rotulas, brazo ackerman.

Rossi metió con trabajo al Ford al box; para los que vieron las condiciones en que había quedado el auto, lo mismo para los que seguían la carrera por televisión, la carrera del Misil había terminado, demasiado temprano y en un momento casi decisivo para entrar a la Copa de Oro. Justo el, uno de los candidatos al título que en la siguiente fecha, la más reciente en
Concordia, consiguió la clasificación a la Copa no sin sobresaltos, debido a la rotura del motor a escasos metros de la cuadriculada que lo dejó sin el tercer puesto que mantenía.

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Volvamos a Termas; lejos de bajar los brazos y darse por vencidos, los mecánicos del Donto Racing de Luciano Campanera, los que le hacen la asistencia técnica al equipo «pariente cercano», el Nova Racing desde que Matías pegó el salto a Ford, dieron una muestra conmovedora del corazón, de la pasión y el esfuerzo que le meten a su laburo.

En tan sólo ocho vueltas, ¿15 minutos?, consiguieron lo imposible, una hazaña. Devolvieron a pista al Ford reparado con Matías al volante. Atrás habían quedado unos minutos frenéticos, contrareloj, increíbles.

Nano, Guachín, Lince, Coco el encargado del taller, Rulo, Lucas, Campe, Zocol, Alchu y Pepa, sus sobrenombres como prefieron mencionarse cuando Vision charló con ellos. Ellos consiguieron rearmar la parte delantera del lado izquierdo del Ford nº2 para permitirle a Rossi, continuar en pista y por si fuera poco, ver la bandera a cuadros.

«¿Que pensamos cuando vimos llegar el auto a boxes sin la rueda?, nada; sólo pensamos en arreglarlo para que pudieramos seguir en carrera. No sé, nos miramos un segundo y nos dijimos, «dale, hay que arreglarlo!», le contó Nano a VA.

«Y sí, no fue fácil, los fierros estaban re-calientes pero, no dudamos un segundo, no podíamos dejar el auto así, roto en el box». En esos 15 minutos eléctricos apuntó Nano, «colocamos el brazo de dirección, portamaza, disco de freno, la pinza de freno, flexibles, el brazo ackerman, rótulas y desde ya la rueda y Matías volvió a la carrera». El enorme trabajo como te contamos no demandó más de 15 minutos, una tarea que en condiciones normales puede llevar alrededor de una hora. Gigantes los pibes, otra demostración tangible de la enorme capacidad de tantos de los mecánicos y técnicos del automovilismo argento.

En Termas, Rossi terminó 31º; más que nunca junto a sus mecánicos, ¿acaso no ganaron todos?

 

Por Carlos Saavedra
Foto: AIF

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2 COMENTARIOS

  1. Cuantos beneficios reglamentarios tiene Chevrolet. Un equipo como el de Rossi, que paseaba con el Chevrolet, se mata para conseguir entrar de última al play off. Ahora Mazzacane está con Chevrolet al igual que antes Aventín estaba con Ford. Deberia haber más equilibrio

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